La familias extremeñas monaparentales están soportando peor las consecuencia de la pandemia. Lo pone de manifiesto un estudio de la Fundación Adecco, que concluye que el 91% de las extremeñas que lideran familias con solo un progenitor ha visto empeorar su situación laboral y económica con la crisis actual. La entidad explica en un comunicado que, de acuerdo con los datos de la Encuesta Continua de Hogares (INE), actualmente se contabilizan en Extremadura 42.100 hogares monoparentales, el 9% del total de hogares en la región. Especifica también que las familias monoparentales tienen mayoritariamente rostro femenino, pues un un 83% de ellas está encabezada por una mujer, y que a la luz del 8º Informe Anual sobre el estado de la pobreza y la exclusión social en España, de EAPN, constituyen el tipo de hogar que soporta una mayor tasa de pobreza, concretamente, del 40,6%, casi el doble que la media general.

El sector laboral es clave

Esto tiene que ver con el hecho de que los sectores más habituales en los que encuentran empleo las mujeres al frente de una familia monoparental, según los datos de contratación de la Fundación Adecco, son el servicios, en perfiles como auxiliar administrativo, atención al cliente o el cuidado de personas dependientes en el hogar; y la hostelería, en puestos como camarera de pisos o auxiliar de cocina, sectores que se han visto especialmente afectados por la pandemia y cuyo futuro se antoja incierto en el medio plazo.

Así, de acuerdo con el estudio, un 16% de las extremeñas al frente de familias monoparentales trabajaba en la economía sumergida y perdió su trabajo sin derecho a prestación con la crisis y el confinamiento. Otro 25% se vio afectada por un erte; el 10% tuvo que reducirse la jornada, agotar vacaciones o pedirse excedencia; mientras un 3% era autónoma o se vio obligada a abandonar voluntariamente su trabajo, ante la imposibilidad de compatibilizar con el cuidado de sus hijos.

El estudio pone de relieve también que un 37% de estas mujeres estaba en búsqueda activa de empleo y vio cómo se paralizaban los procesos de selección en los que estaba participando y solo un 9% destaca que no le ha afectado esta crisis al haber podido conservar su empleo presencial o telemáticamente. Este impacto en la esfera laboral repercute directamente en su calidad de vida y expone a las familias a la privación material, cuyo desencadenante directo es la pobreza, según Adecco, que resalta que un 86% de las extremeñas pertenecientes a este colectivo manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes.