Cualquier situación a la que haya que enfrentarse por primera vez en la vida está llena de incógnitas e incertidumbre, pero lo que van a vivir cerca de 5.000 jóvenes extremeños este año con la selectividad es una excepcionalidad sin precedentes. La pandemia los dejó en marzo sin clases presenciales, trajo cambios en los módelos de exámenes que llevaban preparando desde el principio de curso, nuevos criterios, un retraso en las fechas (se hará del 30 de junio al 2 de julio en 18 sedes) y un protocolo sanitario (que incluye mascarillas obligatorias y distancia social) inexistente hasta ahora. Y todo eso ha venido a generar más tensión a una prueba que de por sí ya producía cierta inquietud año tras año, especialmente para aquellos que se juegan acceder a carreras con númerus clausus. «Es que cada día nos enteramos de una cosa nueva, es vivir en la incertidumbre constante», señala Nacho Iglesias, un alumno plancentino.

Aún así, los estudiantes reconocen que dentro de la excepcionalidad, la situación parece bastante controlada ya. No ha sido fácil, pero se han acostumbrado al trabajo telemático y muchos de ellos consideran que a estas alturas de poco vale que permitan la vuelta voluntaria a los institutos. «Quizás a aquellos que tengan que recuperar alguna asignatura sí les vendría bien, pero ya nos hemos habituado a esta forma de estudiar. Hemos dado todos los temas y lo que queda es repasar y hacer simulacros de examen», dice María Barriga, alumna de Almendral.

Adaptación

Tanto los estudiantes como los docentes reconocen el esfuerzo de todos y especialmente del profesorado («aunque siempre hay alguna excepción», dice un alumno) por no contribuir más a la incertidumbre que tienen los preuniversitarios a los que les ha tocado vivir la EBAU del coronavirus. «El profesorado ha tranquilizado muchísimo en un momento tan tenso como este y me ha sorprendido agradablemente la adaptación tecnológica tan rápida que han hecho, independientemente de la edad. Hay profesores de 60 años dando clases por la aplicación Meet», destaca Felipe Gómez, director del IES Santa Eulalia de Mérida, que cuenta con diez grupos de 2º de Bachillerato. A esa «adaptación tecnológica tan rápida de los docentes», Gómez cree que ha contribuido mucho la apuesta seria que hizo la región en su día por la sociedad del conocimiento con la extensión de herramientas tecnológicas en los centros y también con Rayuela: «No creo que exista una plataforma educativa mejor en todo el país».

El director de este instituto emeritense reconoce que los alumnos se juegan mucho en una situación muy excepcional y es fundamental poder conectarse para «verles las caras y darles tranquilidad».

Precisamente porque está en juego su futuro, por la imposibilidad de impartir todos los contenidos de manera presencial y por las dificultades también de muchos alumnos para seguir las clases virtuales, la EBAU de este año será más «flexible».

Pros y contras

Siguiendo las instrucciones del Ministerio de Educación, los alumnos tendrán la posibilidad de elegir entre más opciones qué preguntas van a responder. Antes, por ejemplo, había dos opciones de exámenes (A y B) y había que responder obligatoriamente a todas las cuestiones de la opción A o B, pero ahora, según la materia, se propondrán diez preguntas y el alumno tendrá que contestar a cinco de ellas sin ceñirse a ninguna opción. ¿Significa esto que será una selectividad más fácil? Hay algunas voces que así lo consideran y se teme incluso un incremento sustancial de las notas de acceso, no solo por la EBAU (es el 40% de la nota final) sino también por esta tercera evaluación (60%) que servirá para subir nota en la media final.

«Se habla de flexibilidad por la situación que les ha tocado vivir, pero no de facilidad y esto también puede ser un arma de doble filo. Con más opciones, se pueden dar situaciones de no saber muy bien qué preguntas elegir o responder más de lo que se va a valorar. Además tienen un mes más para seguir trabajando, pero eso también conlleva un desgaste. Yo entiendo que aún sabiendo que esa mayor opcionalidad en las preguntas les permitiría dejar algunos temas en el tintero, los alumnos son responsables y quieren llevar la EBAU lo mejor preparada posible», destaca José Díaz, jefe de estudios del IES Hernández Pachecho de Cáceres y padre también de una alumna que se enfrenta este año a la selectividad.

Este docente considera, igualmente, que tampoco tienen por qué subir las notas este año. «Esta promoción va a vivir una situación totalmente nueva, pero en cualquier caso lo que ocurra será igual para todos tanto este año como el próximo por las notas de corte que pueda haber», argumenta.

De momento, en la UEx esas notas de corte (son solo orientativas) para este año las siguen liderando carreras de ciencias como Medicina (12,562), Fisioterapia (10,830), Veterinaria (10,644) y Bioquímica (10,533) y ya hay calendario para solicitar las plazas. Pero antes, el 10 de julio se publicarán las notas de la EBAU del coronavirus.