El primer día laborable del estado de alarma por la crisis del covid-19 en arranca con estrictos controles de acceso en los centros de salud para evitar que se puedan acumular pacientes.

En el Centro Manuel Encinas de Cáceres, dos celadores (equipados con guantes y mascarillas) filtran desde esta mañana de lunes el acceso a las instalaciones. En la puerta, varios carteles advierten de la obligatoriedad de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros. Todos los usuarios esperan fuera y se acercan por turnos a la puerta del centro de salud: “¿Por qué viene? ¿tiene algún síntoma? ¿fiebre? ¿tos?”, preguntan los celadores. Y solo después, si no hay ningún síntoma y valoran que es necesario, permiten entrar.

En el interior del centro de salud también se extreman las precauciones. La mayoría del personal lleva guantes y mascarillas y una fila de sillas amplía la distancia mínima de seguridad en el mostrador de citas.

En el interior apenas hay media docena de usuarios a una hora a la que las salas de espera de las consultas suelen estar repletas.