Extremadura impone la mascarilla obligatoria aún con distancia de seguridad (que ahora mismo es de 1,5 metros) en todo el territorio, en espacios libres y cerrados, y para todas las personas a partir de los seis años. La medida entrará en vigor este sábado 11 de julio y la sanción económica por no llevarla, que se considerará una falta leve en materia de Salud Pública, será de 100 euros, aunque la cuantía podría llegar hasta los 6.000 euros "dependiendo de las personas que haya puesto en riesgo" y de la gravedad de la situación. Lo controlarán los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Así lo ha anunciado este viernes el vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta, José María Vergeles, quien ha manifestado que este cambio es necesario por la situación epidemiológica de la comunidad. "Todavía es buena, pero debemos adoptar esta medida para evitar la transmisión comunitaria descontrolada".

Vergeles indicó que preocupan los contagios que se producen en fiestas o comidas de amigos, básicamente en situaciones de ocio donde se rebajan las medidas de seguridad. En este sentido hizo referencia al botellón y a que ha bajado la media de edad de los nuevos casos, "cada vez es gente más joven". "Y ahora vienen los fines de semana de verano", recordó. Subrayó la sintomatología leve de los nuevos positivos, pero advirtió: "El relax de unos pocos puede ser motivo de preocupación de muchos, y de volver a situaciones anteriores".

¿Excepciones para llevar mascarilla?

Vergeles habló de las personas que salen a correr y de todas aquellas que realicen alguna actividad deportiva (sea individual o colectiva), así como de las personas con algún tipo de problema de salud mental a las que la mascarilla les produce fobia o las que tengan problemas respiratorios. Básicamente son las normas recogidas en el decreto de nueva normalidad. También puso el ejemplo de una comida en el interior de un restaurante, "es una medida de excepción, porque estás continuamente comiendo o bebiendo". ¿Y el botellón? "En un botellón es obligatoria la mascarilla, igual que en una terraza, te la quitas para beber solo", dijo Vergeles.

No son una excepción, en principio, los paseos por el campo. También serán obligatorias dentro de las empresas en el puesto de trabajo, incluyendo cualquier tipo de labor agrícola. E igualmente cuando se esté en un solarium o tomando el sol en la hamaca. La persona solo se podrá desprender de ella cuando se ubique en el vaso de la piscina.

Este viernes por la tarde se ha publicado en el DOE la resolución que recoge la obligatoriedad de la mascarilla, pero no incluye los detalles que sí aportó Vergeles en la rueda de prensa, de manera que la medida nace con ambigüedad.

Habría que recordar que en el consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado el jueves por la tarde Vergeles propuso que se estudiara la obligatoriedad de la mascarilla en todo el territorio nacional después de que el ayuntamiento de Badajoz pidiera esta medida tras los brotes en la capital pacense.

Frontera portuguesa

En cuanto a la petición de cerrar su frontera con Portugal de los alcaldes pacenses de Villanueva del Fresno y Valencia de Mombuey, Ramón Díaz Farias y Manuel Naharro Gata, respectivamente, ambos en la Raya portuguesa, el consejero respondió que es un asunto sobre el que no puede decidir la Junta de Extremadura. "Entiendo su preocupación por la cercanía del foco de Reguengos de Monsaraz e hicieron bien en enviar el escrito con la solicitud a la delegación del Gobierno".

"Lo que sí vamos a hacer este fin de semana -continuó Vergeles- es un control muy estricto en los dos municipios". E incluso adelantó que, si fuera necesario, se impondría el aislamiento social de esa zona de salud, una medida que sí se podrían aprobar en Consejo de Gobierno.

Extremadura se une así a Cataluña, el municipio de Ordizia (Guipúzcoa) y Baleares, que han decretado ya el uso obligatorio de la mascarilla; Asturias, Cantabria, Aragón y Murcia estudian adoptar este mandato.