La pandemia del coronavirus se ha cobrado ya 70 vidas en la residencia El Cuartillo de la capital cacereña (conocida como la Asistida). Es uno de los centros de mayores más castigados de la región y del país por esta crisis sanitaria por lo que los familiares de los residentes solicitan que se levante en sus instalaciones un monumento a las víctimas del covid-19. Se trata de uno de los geriátricos más grandes de la región, con capacidad para 320 usuarios. En estos momentos más de 50 continúan infectados. Esta situación ha llevado a los familiares a presentar varias denuncias en la Fiscalía Provincial de Cáceres, que ya ha iniciado una investigación para averiguar si existen indicios de delito en la actuación llevada a cabo por el centro, dependiente de la Junta de Extremadura.

Mientras avanza la investigación en los tribunales los familiares han comenzado a recoger firmas a través de la plataforma online ‘Change.org’ para conseguir que el homenaje a los fallecidos se convierta en realidad. «Los mayores fallecidos de este centro merecen una evocación y un recuerdo muy especial», dicen. Y piden asimismo que ese homenaje sea extensible a las familias de los residentes y a los trabajadores porque «muchos residentes se han salvado y se salvarán gracias al trabajo infatigable y a la lucha de sus familiares y de los trabajadores, que lo están dando todo a pesar de la falta de medios», añaden en la petición lanzada en internet. En ella hacen referencia a la falta de medios de protección que tienen los empleados del centro, que también investiga la Fiscalía, y a las medidas de aislamiento tomadas.

Los familiares afectados continúan además subiendo videos al canal de Youtube que han creado donde comparten sus vivencias. El último fue el de una cacereña, María José Aunion, que acaba de perder a su madre. Ingresó en la residencia solo unos días antes de que empezara el coronavirus, el 3 de marzo, y a los pocos días se infectó. «El mismo día que empezó con los síntomas nos dijeron que estaba perfectamente. Cada vez que llamaba me decían que no les molestara, que si no me habían llamado era porque mi madre no había fallecido. Había falta de empatía», cuenta en el video.

Fue ella la que decidió llamar al 112 para pedir que su madre fuera trasladada al hospital, pero cuando llegó ya era tarde. «Me dijeron que había ingresado en muy malas condiciones». Murió a la semana. «Tengo una sensación de culpa por haberla llevado a esa residencia, es como si la hubiéramos llevado a la muerte y no se merece un final así», añade esta cacereña. Con ella ya son tres los que han compartido su historia.