Pese a que la crisis del coronavirus obligó a que cancelara sus compromisos profesionales dentro y fuera de ESpaña y a echar el cierre temporal de su escuela de flamenco en Badajoz (con casi 200 alumnos), el bailaor pacense Jesús Ortega no ha parado de trabajar desde que se decretó el estado de alarma. Ante la crisis social y el «incierto» futuro para sector de la cultura, y en particular del flamenco, quiso dar un paso al frente y demostrar que cuando la situación ‘aprieta’, la solidaridad de los artistas aflora para ayudar a quienes más los necesitan.

Con esa premisa y junto a su marido, el bailarín Juan Carlos Guajardo, ha puesto en marcha el proyecto Dona alegría a través del baile, con el que impartirá clases de sevillanas online para recaudar fondos a beneficio de Cruz Roja. Se trata de cuatro tutoriales a los que se puede acceder a través de la página web www.flamencoconlacruzroja. com. El primero es gratuito y los otros tres tienen un precio simbólico de 5 euros (estas clases suelen costar entre 50 y 60 euros). El 50% se destinará a la oenegé para contribuir a la financiación de programas de atención a las personas a las que la crisis sanitaria ha dejado en situación de vulnerabilidad , y la otra mitad, a la Asociación Cultural de Baile Flamenco.

Antes de que se hubiera lanzado la página ya se habían inscrito un centenar de personas. «Con un poco de todos se hace mucho», defiende el bailaor, quien confía en que siga creciendo el número de participantes.

Jesús Ortega explica que decidió que fueran las sevillanas las protagonistas de estos tutoriales para que se pudieran seguir las clases desde casa «sin molestar a los vecinos, porque no se necesita taconear». Pero la página se bautizó como ‘flamencoconlacruzroja’ porque la intención es ir ampliando sus contenidos para impartir clases de iniciación al flamenco y que esta plataforma sirva también para que los artistas puedan vender sus espectáculos y ofrecer formación en cante o instrumentación. Un porcentaje de los beneficios siempre se destinará a la oenegé.

«Es un proyecto a largo plazo que abarcará la formación integral del flamenco y desde el que se fomente el consumo de cultura, al mismo tiempo que se ayuda a quienes más lo necesitan ante la que se avecina», resume el artista.Su intención es, además, que la página web se traduzca al inglés y al japonés para llegar a más público.

El bailaor es consciente de la complicada situación de los artistas flamencos en estos momentos, por eso pretende que esta plataforma se convierta en una oportunidad para que puedan seguir trabajando y generar ingresos que les permitan mantener sus empresas, «porque también lo somos y tenemos detrás a muchos trabajadores y a muchas otras empresas a las que subcontratamos», recalca. En este sentido, Ortega pide a las administraciones que apoyen a la cultura y que en Extremadura se respalde a los artistas flamencos porque «podemos ser uno de los motores para devolver el turismo a Extremadura», defiende.

En su caso, su escuela de flamenco no podrá reabrir en el local que se ubicaba hasta ahora porque sus dimensiones no permiten garantizar las medidas de seguridad y que la actividad sea rentable al mismo tiempo. Mientras encuentra una nueva sede para retomar su actividad docente el próximo mes de septiembre, el bailaor pacense quiere como gesto de «gratitud» hacia sus alumnos impartir clases de manera gratuita al aire libre. El lugar que ha pensado es la alcazaba, por lo que solicitará permiso al Ayuntamiento de Badajoz.

Además, la crisis sanitaria ha hecho que también quede en suspenso su proyecto más ambicioso: su centro de flamenco en pleno corazón del Casco Antiguo de Badajoz, en el que sin haber ni siquiera iniciado las obras ya ha invertido 120.000 euros. Su sueño se retrasa, pero no se apaga, de momento.