El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Roquetas de Mar (Almería) ha ordenado el ingreso en prisión de un hombre condenado a un año, dos meses y dos días de cárcel por saltarse el confinamiento para celebrar el Ramadán con su familia y agredir a tres guardias civiles, que tuvieron que ser atendidos de diversas lesiones.

Según el fallo, dictado por conformidad, también ha sido condenada a cuatro meses de prisión la pareja del varón, aunque no ingresará en la cárcel al haberse acordado la suspensión de la pena.

Los hechos sucedieron sobre las 22:30 horas del 24 de abril en el barrio de las 200 Viviendas de Roquetas, cuando tres agentes que patrullaban por la zona sorprendieron a un hombre y a una mujer saliendo de su domicilio.

Solicitaron a la pareja que se identificara y justificase qué hacía en la calle, pero el varón se dirigió "desafiante" a ellos y les manifestó: "Que me dejen tranquilo, vosotros no sois nadie para identificarme".

La mujer, con "idéntico ánimo" sacó su teléfono móvil para grabarlos, por lo que los guardias le pidieron que no lo hiciera y se identificará y en ese momento, el hombre se negó y les espetó: "No se acerquen a mi mujer, váyanse de aquí que nos vamos a cenar con mi familia por el Ramadán".

Artes defensivas

La sentencia indica que el hombre "posee amplios conocimientos en artes defensivas, en concreto de boxeo y kick boxing", que usó con "ánimo de atentar contra la integridad física" de uno de los agentes, al que golpeó y tiró al suelo.

Cuando los compañeros del agente agredido intentaron protegerlo, el hombre dio un puñetazo en la cara a uno de ellos, animando a su pareja a llamar por teléfono, y al ver esto, el tercer guardia trató de detenerlo pero cayó al suelo tras recibir golpes en el pecho, el brazo y la cabeza.

Según la sentencia, segundos después un grupo de personas no identificadas, que eran "arengadas" por el hombre, arrojaron piedras y otros objetos a los agentes, quienes "en aras a preservar su integridad física y restaurar el orden público, se vieron obligados a pedir refuerzos".

La pareja huyó a su domicilio, donde fue detenida, y los agentes agredidos tuvieron que ser atendidos de diferentes lesiones.