El sector hostelero aguanta la respiración ante las restricciones con las que deberán convivir durante las dos próximas semanas y temen que las limitaciones den al traste con el mes de octubre, tradicionalmente con buenas jornadas aún. Lo peor, según señalan, es la perspectiva: «si perdemos octubre, no nos va a quedar nada este año», asegura Víctor desde el otro lado de la barra en al bar Jona.

Cáceres inició ayer 14 días de restricciones para intentar frenar el incremento de los casos de covid-19 en la ciudad. La movilidad no se verá afectada en estas dos semanas, pero sí se limitan las reuniones a un máximo de 10 personas y también los aforos. En el caso de la hostelería, serán del 50% en las terrazas y del 40% en el interior de los locales. Además se prohíbe el uso de las barras, que en algunos establecimientos amanecieron ayer ya acotadas con cintas para evitar que la clientela pudiera buscar allí acomodo.

«Todo lo que sea un paso atrás es peligroso para los negocios. Aunque pueda ser bueno por otros motivos como la salud», razona el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la provincia de Cáceres (Aecahtur), César Martín Clemente, quien lamenta «la incertidumbre» con la que le está tocando lidiar al sector. «Hay miedo porque los meses buenos han pasado. Hoy mismo (por ayer) no se veía a nadie en la calle», apunta.

«Esperemos que sean solo 14 días, porque no sé cómo lo vamos a hacer si no. Los gastos de luz y de agua son los mismos, la terraza ya casi no la podemos usar... A los pequeños nos hace mucho daño. Es una pena», lamentan en el bar Jona. Sin instalar la terraza y sin barra, a este local le quedan cinco mesas, que no paraban de recibir clientes a media mañana de ayer. El trasiego era el habitual, y en muchos casos no conocían las limitaciones activadas desde la medianoche del domingo.

«No lo tenemos claro»

En otros locales algunos habituales permanecían ayer aún en la barra. «No tenemos claro si las restricciones se inician hoy o mañana. Pero respetaremos lo que se nos indique e informaremos a la gente» decía Francisco José Aranda, un encargado del Quiosco de la Música. La mañana desapacible de ayer no ayudaba a levantar el ánimo y las terrazas ni siquiera se habían instalado en muchos casos.

«Si puedes usar la terraza, puedes salvar el día. Pero si el tiempo no acompaña y además no tenemos la barra, nos quedamos con seis mesas. Esta es otra piedra más en el camino», lamentan en este establecimiento. De hecho, alguno de los trabajadores que debían acudir ayer, se quedaron de descanso ante la previsión de que no hubiera mucha clientela. También se preguntan por qué se toman las medidas en este momento, cuando se supone que el pico de contagios se ha superado, según los explicó la semana pasada el consejero de Sanidad, José María Vergeles: «quizás hubiera sido más lógico que se hiciera hace un par de semanas, igual que en Badajoz», apunta Aranda.