La ministra de Educación, Isabel Celaá, acaba de explicar en el programa 'No es un día cualquiera', de RNE, que la enfermedad covid-19 le ha tocado de cerca. "Mi madre murió y no pude ir a Bilbao a verla. Es algo que me ha pasado a mí y a tantas otras familias", ha confesado.

Celaá -cuya trayectoria profesional antes de ser ministra se desarrolló en la comunidad en la que nació, Euskadi- ha añadido que a lo largo de su vida ha vivido situaciones difíciles. Aunque no lo ha especificado en la entrevista, la ministra -que es madre de dos hijas y siempre ha tenido responsabilidades políticas- se tuvo que acostumbrar a cambiar el itinerario para desplazarse en coche a su puesto de trabajo en los años de plomo del terrorismo de ETA. "En el País Vasco he estado en escenarios que me han afectado mucho a nivel personal. Pero la pandemia es un drama colectivo", ha concluido en el programa de RNE, donde ha destacado que siempre ha trabajado muchas horas en sus diferentes puestos, pero que nunca ha tenido jornadas laborales de 15 horas, como ahora.

CONFIANZA A LOS PADRES

Celaá ha querido mandar un mensaje de tranquilidad a las familias de cara a la inminente vuelta al cole. "Llevad con confianza a los hijos al colegio", ha insistido tras remarcar que las escuelas serán "lugares seguros". La educación de los menores, ha repetido, tiene un beneficio muy superior al posible riesgo de contagio. "La presencialidad es insustituible". Al contrario de lo que pasó en marzo, los centros educativos serán "los primeros en abrir y los últimos en cerrar". "En marzo no teníamos tanta evidencia científica sobre el virus. Ahora sabemos que los niños y las niñas no son supercontagiadores, como pensábamos al principio". ¿Cuándo se cerrará, pues, un cole? Como ya se sabía, eso es algo que decidirán los responsables de salud pública. Pero la ministra ha destacado que si no hay transmisión descontrolada el cole tiene que seguir abierto. La escuela, como todos, "tiene que convivir con la pandemia".

Al mismo tiempo que ha pedido confianza a los padres, la responsable de Educación ha asegurado que no es nada autocomplaciente y que, por lo tanto, sabe que "nadie puede estar tranquilo" en mitad de la pandemia. Ni en los colegios, ni en las empresas, ni en las fábricas. Por eso, ha apelado a la responsabilidad colectiva e individual para frenar la enfermedad.