Emigrar fuera de España a buscar oportunidades es común entre los jóvenes de Extremadura. Ya sea por falta de empleo, querer aprender idiomas o vivir la experiencia. Esto es lo que hicieron antes de que el coronavirus aterrizara en sus vidas cuatro extremeños que relatan a este periódico cómo están viviendo la pandemia fuera de su país y la incertidumbre que sufren por no tener billete con fecha exacta para su vuelta.

Residen en Portugal, Alemania, Irlanda y Estados Unidos y, como todo el mundo, en ningún momento habían pensado que una pandemia global les cerraría a cal y canto las puertas de su casa. «Es la primera vez que voy a estar tanto tiempo alejado de mi familia», es el testimonio en el que coinciden los cuatro. Aunque esta situación también la han sufrido un gran número de españoles, «no se vive igual desde otro país», aseguran.

Ahora que los casos disminuyen y que la desescalada avanza, al menos en España, empiezan a intentar cuadrar en su calendario una fecha señalada para regresar a sus hogares y poder estar cerca, aunque sea por poco tiempo, de sus familias.

Les asaltan las dudas. ¿Qué protocolo tengo que seguir cuando llegue? Es una de las preguntas que se hacen. Por lo general, aseguran no estar informados sobre las pautas y no por falta de interés. Lo atribuyen al desconocimiento del virus en todos los aspectos. No obstante, lo que tienen claro es que el Gobierno pondrá en cuarentena a los viajeros que lleguen a España durante 14 días en el lugar que elijan para alojarse. Por este motivo, Soledad Rodríguez Donoso, una pacense de 24 años que reside en LisboaSoledad Rodríguez Donoso, ve inviable regresar a su casa de momento por motivos laborales. «No tengo suficientes días libres en el trabajo como para confinarme durante dos semanas en Badajoz», explica.

Temor a enfermar

Uno de los miedos con que viven es la posibilidad de ponerse enfermos y tener que ir al médico por la falta de confianza en el sistema sanitario de los lugares donde residen. Al no haber tenido aún que necesitar asistencia médica urgente, no saben cómo funcionará ante una situación en la que se han visto desbordados los hospitales de medio mundo.

«Si antes ya me daba pánico ponerme enferma, ahora ni lo imaginas», relata Mamen Rodríguez Galindo, una joven cacereña que vive en MichiganMamen Rodríguez Galindo, en Estados Unidos.

«Cuando estás lejos valoras la sanidad española. Aquí todo cuesta dinero. Y no poco» añade. Ella es asmática y no quiere correr el riesgo de contagiarse y tener que acudir allí al médico.

A través de la pantalla

Aunque reunirse con sus familias por videollamadas es algo a lo que están acostumbrados por el hecho de vivir lejos, esta vez es diferente. La distancia se hizo más grande y no por los kilómetros. Las caras de sus familiares cambiaron su expresión. De la alegría a la preocupación. «Cuando hablo con mis padres los noto tensos. Aunque no me lo hayan dicho directamente, sé que quieren que vuelva a casa. Yo también quiero», confiesa Álvaro Machón Benítez, un joven de 26 años de Badajoz que vive en Alemania. Álvaro Machón Benítez

A Pilar Amaya de la Peña, una cacereña residente en IrlandaPilar Amaya de la Peña, además, le ha tocado vivir el duelo de la pérdida de su tío, fallecido por coronavirus. «Ha sido durísimo tener que darle el pésame a mi prima a través del móvil sabiendo que ni yo ni nadie podíamos abrazarla. Y encima lejos de mis padres».