La ciudad más grande de Extremadura está a las puertas del cierre perimetral por el incremento del número de contagios por covid. De los tres parámetros que las autoridades sanitarias valoran para determinar esta medida tan drástica en una ciudad, Badajoz cumple dos claramente y roza el tercero, lo que ha sido suficiente para que la Junta de Extremadura, de acuerdo con la Delegación del Gobierno y el ayuntamiento, hayan descartado, de momento, una decisión que requeriría un amplio despliegue de efectivos en los accesos de la ciudad y restaría, por lo tanto, presencia policial para controlar que en el interior se cumplen las medidas de prevención.

En su lugar, han optado por otras que pasan por incrementar la vigilancia policial con el despliegue de 80 agentes para multiplicar los controles, «recomendar» a los ciudadanos que reduzcan la movilidad a «lo imprescindible» y suspender actividades culturales y deportivas «multitudinarias» que afectan a la programación del teatro López de Ayala a partir del lunes, los próximos partidos del CD Badajoz, que se celebrarán sin público, y la actividad de la Orquesta de Extremadura, durante 14 días. No se adelanta el horario del toque de queda, ni se reducen más los aforos, que seguirán como están, tampoco los de celebraciones como bodas, comuniones o bautizos. Sí se incide en la concienciación, entendida como un llamamiento a la responsabilidad individual para atajar los contagios.

75 contagios

Este viernes comparecieron en la Delegación del Gobierno ante la prensa, tras una reunión previa en el hospital Perpetuo Socorro para analizar la situación de Badajoz, el consejero de Sanidad, José María Vergeles, junto a la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, y el alcalde pacense, Francisco Javier Fragoso. La decisión del cierre perimetral parecía inminente y ya tomada, pero la realidad fue otra. Los datos de contagios de los últimos días en Badajoz son «preocupantes», como reiteró el consejero. 101 el miércoles y 97 el jueves. Este viernes bajaron a 75.

Al tratarse de la única ciudad con más de 100.000 habitantes de la comunidad autónoma, está acogida a la orden comunicada del Ministerio de Sanidad y del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que establece que si se superan tres indicadores habría que perimetrarla. El primero es la incidencia acumulada en 14 días superior a los 500 casos por 100.000 habitantes. En Badajoz hay 529,5 casos. El segundo parámetro es que la tasa de positividad de las pruebas sea superior al 10%. En Badajoz es del 14%. El tercero se refiere a la ocupación de las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de más del 35% y, ayer, las de Badajoz estaban al 29%. A este último dato se aferraron para decidir que la ciudad no se cierra. Sí habrá una mayor «monitorización» de la incidencia de los contagios con una comunicación directa con el ayuntamiento y más control y cribado de positivos en los centros residenciales para proteger a los mayores. De estas decisiones se informará al Ministerio de Sanidad para que el Consejo Interterritorial «entienda que son medidas contundentes», según el consejero, para reducir la incidencia y no obligar al cierre.

En Badajoz había este viernes 882 positivos activos (18 en residencias de mayores), capaces de llegar a 1.700 contactos. Fragoso reconoció que la ciudad está muy cerca de que se encienda la luz roja», aunque cree que todavía se está a tiempo para evitar que eso pueda ocurrir e insistió en que ninguna de las tres administraciones cree que sea necesario el cierre perimetral. «Si todos tuviésemos claro que es la purga de Benito, se habría tomado la decisión», recalcó. Según el alcalde, con el cierre no se evitaría el trasiego de gente en Badajoz, porque a la ciudad acuden a diario «miles de personas» con motivos considerados excepciones, como los estudiantes a la universidad, pacientes a consultas médicas y los trabajadores que residen en otros municipios. Además, Fragoso alertó de que esta medida tan drástica «pondría en peligro miles de puestos de trabajo que en estas fechas provoca el refuerzo del comercio de la campaña de Navidad». Ni cierre perimetral ni tampoco adelantar el horario del toque de queda, porque el alcalde señaló que lo que causaría en Badajoz sería trasladar el ocio organizado en sitios seguros a otros ámbitos donde no existe control.

También Vergeles defendió la importancia del equilibrio entre la salud y el desarrollo económico de Badajoz, una ciudad comercial, de servicios y universitaria y que sean «los líderes sociales, los prescriptores de opinión, los que sean capaces de convencer a sus iguales para manejar la fatiga pandémica en la que se encuentra la sociedad». Por eso desde las tres administraciones y por unanimidad, según recalcó, lo más importante es lanzar un mensaje de «responsabilidad» para que la ciudadanía cumpla las distancias de seguridad, use mascarillas y no supere los aforos, además de que tanto los positivos como sus contactos cumplan el aislamiento. Los cuerpos y fuerzas de seguridad tienen sus datos y «no nos va a temblar el pulso para actuar con Salud Pública por si hay que adoptar el cierre cautelar de los establecimientos que no cumplan o sancionar a los ciudadanos que con una actitud irresponsable estén saltándose el aislamiento o incumplan las normas». Responsabilidad para acabar con una situación que puede afectar a muchas familias, no solo por los fallecimientos, sino por la repercusión económica de aquellas que dependen del comercio en plena campaña navideña, según manifestó.

"Maduritos"

El consejero insistió en que prefiere la concienciación a la sanción «pero si hay que sancionar, lo vamos a hacer». Porque es un problema de salud colectiva «y la colectividad no tiene por qué sufrir la irresponsabilidad de una parte de la sociedad».

Y curiosamente, en Badajoz, a pesar de que se está acusando continuamente a los jóvenes, los «irresponsables» no son los éstos, sino «los maduritos», como los llamó Vergeles. De hecho, si se analiza la pirámide de población de las personas afectadas, su edad está comprendida entre 31 y 64 años. Son los «maduritos» con reuniones con exceso de aforos los que están «estigmatizando» a la hostelería y a la «sociedad silenciosa» que sí cumple con las medidas de protección. Según Fragoso, el comercio y la hostelería en Badajoz están teniendo «un comportamiento ejemplar», pero «somos los clientes los que se lo ponemos difícil».

La Creex alaba la «sensatez y mesura» de los responsables regionales y locales

«Es cierto que sin salud no hay economía, como también lo es que la situación económica nos está llevando a una crisis social muy profunda, lo que hace muy necesario medir bien y pensar qué se va a hacer para permitir que sean compatibles salud y economía». Con estas palabras valoró el secretario general de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex) las medidas tomadas por las autoridades regionales y locales para intentar contener los contagios en Badajoz. Peinado alabó «la sensatez y mesura» de las decisiones adoptadas, porque apelan a la responsabilidad de la ciudadanía. El dirigente de la organización se refirió a que se había especulado con ampliar el toque de queda, restringir los horarios de los establecimientos públicos o el cierre perimetral y se han descartado. «Lo sencillo sería tomar medidas extremas para curarse en salud, y lo complejo es mantener ese equilibrio entre salud y actividad económica, para que vayan de la mano», aplaudió.