La mayoría de muertos están en los patios 1 y 2, donde se agolpan las tumbas y permanecen las lágrimas sepultadas en mitad de un confinamiento terrible para las víctimas y también para sus amigos y familiares. Desde el 14 de marzo el cementerio de Cáceres ha registrado 128 entierros, 80 de ellos por coronavirus, relataba ayer el concejal Andrés Licerán sin poder evitar un nudo en la garganta.

A partir del 11 de mayo se pondrán en marcha los velatorios con reducción de aforo, probablemente será del 30%, y guardando las distancias de seguridad. También se reabrirá el cementerio, al menos esa es la intención del alcalde Luis Salaya, «con cierta restricción de afluencia», aunque el número exacto de personas no se sabrá hasta que se dicte la orden ministerial.

El regidor dijo que como la mayor parte de fallecidos por covid ocupan los mismos patios, se minimizará la presencia y se organizarán los horarios para evitar que en ese espacio tan pequeño se agrupen demasiados familiares a la vez. «Mucha gente no ha podido velar ni despedir a sus seres queridos y acudir al cementerio les va a ayudar a decir adiós», concluyó Salaya, que ayer visitó el camposanto, donde se van a levantar 108 nuevos nichos.