Fue el primer agente de la Policía Local de Cáceres que contrajo el coronavirus. «Trabajé el fin de semana del 14 y 15 de marzo y el 16 empecé con síntomas y llamé a mi médico de cabecera. Mi mujer pensaba que sería la alergia, pero tenía una tos rarísima, escalofríos, flemas y diarrea y nada más verme la cara el doctor me dijo que era coronavirus». cuenta José Antonio Bejarano. «Me dio mucha pena no poder estar con mis compañeros de trabajo en estas circunstancias, me sentía mal porque les veía trabajando a tope pero era una fuente de contagio», recuerda.

Una prueba PCR en la puerta de su casa confirmó el diagnóstico y empezó su aislamiento. Catorce días en una habitación sin contacto alguno con su mujer y su hija de once años, que también acabaron contrayendo la covid-19. «Ha sido muy duro porque había mucho desconocimiento y no sabías si ibas a empeorar y a sufrir problemas respiratorios como ha tenido mucha gente», cuenta. Pero por suerte los tres sufrieron una sintomatología que no requirió el traslado de ninguno al hospital y pasaron el coronavirus totalmente aislados, pero en casa.

«Ellos se juegan la vida»

En esos días de enfermedad, soledad y miedo, José Antonio empezó a pensar en positivo y encontró una motivación: buscar la forma de reconocer el trabajo de los profesionales sanitarios. Dice que siente debilidad por este colectivo desde el nacimiento de su hija, que no fue fácil. Conoce de cerca la profesionalidad de los sanitarios como agente de la unidad de atestados: «cuando ellos llegan a un accidente todos nos quedamos más tranquilos». Y ahora, en esta crisis sanitaria, se ha dado cuenta de que más que nunca hay que rendirles el homenaje que merecen. «No hay nadie que haya luchado más que ellos, se juegan la vida por ayudar a los demás». Y ahí empezó a fraguarse una iniciativa de recogida de firmas para pedir la Medalla de Extremadura para todos los profesionales de la sanidad. «Me voy a dejar la piel para conseguir todos los apoyos necesarios», dice. Solo a través de la Change.org ha conseguido ya casi 10.000 apoyos en pocos días.

Pero no es la única forma que, como un ciudadano más, tiene de contribuir en esta situación. Nada más enterarse de que había superado la enfermedad, después de que el tercer PCR saliera negativo, decidió hacer algo más: ayudar a otros enfermos con sus anticuerpos. «Leyendo artículos me enteré de que el plasma de las personas que se habían curado de covid-19 podía ser importante para tratar la enfermedad en otros pacientes». Y no lo dudó. Llamó al Banco de Sangre de Extremadura y se ofreció rápidamente. El pasado lunes fue citado en el San Pedro de Alcántara para la donación que se realiza por el proceso de aféresis. «Estuve dos horas enganchado a una máquina, los 6,720 litros que tengo de sangre pasaron por la máquina para retirar el plasma y la sangre volvió a mi cuerpo. Es un proceso sencillo, algo incómodo pero muy satisfactorio. Estuve con una profesional, Eloísa, que no olvidaré nunca por el cariño con el que me atendió. Cuando salí del hospital no podía parar de llorar de la emoción a mis 49 años. Es algo que no se puede explicar», cuenta.

El uso del plasma de pacientes totalmente curados es un nuevo tratamiento en el que trabaja el SES para mejorar la cantidad de oxígeno que transporta la sangre de un paciente enfermo de covid-19 y evitar su empeoramiento. Ya se ha hecho al menos una transfusión en el SES. La técnica parece estar está dando resultados especialmente en las fases iniciales o intermedias de la enfermedad, según explicaba hace unos días el director del Banco de Sangre.

«Volveré a hacerlo si me necesitan. Si podemos hacer algo por ayudar a los demás no hay que pensárselo mucho, hay que ser solidario», apunta Bejarano, donante habitual de sangre. Superada la enfermedad y de vuelta al trabajo desde el pasado 13 de abril, este policía cacereño anima a los supervivientes del coronavirus a donar sus anticuerpos y a la ciudadanía en general a apoyar el reconocimiento en forma de medalla para los sanitarios. «Si no se la dan ahora, ya nunca. Son auténticos ángeles».