Son los primeros en iniciar esa «nueva normalidad» que se pretende que sirva de puente entre el confinamiento y una vida más parecida a la que se llevaba antes del 13 de marzo. Pero antes del atípico puente del 1 de mayo aún tenían infinitas dudas, incluso sobre si estaban entre los negocios que podrían retomar este lunes la actividad tal y como se anunció en el plan de desesacalada (pueden volver ) y también si los requisitos sanitarios les permitirían abrir con garantías para ellos y para sus clientes.

La mayoría han pasado los días del parón buscando soluciones para adaptar su actividad a una nueva realidad en la que ya se atisbaba que iba a mandar más que nunca la higiene y, en la última semana han intensificado una búsqueda en base a los criterios generales que dio a conocer el Gobierno y la lógica según su actividad. «Estamos buscando pantallas de metacrilato para separar los lavacabezas, una alfombra con lejía para que los clientes puedan higienizar los zapatos al entrar. Pero todo es muy complicado y nada está muy claro», se lamenta Elena Chanclón, el 50% de la peluquería Le Petit Salon de Cáceres. Este sector es uno de los que a priori cumple con los requisitos para volver a la actividad, pero a finales de semana aún no tenían claros los protocolos para hacerlo.

Como las peluquerías, los centros de estética, pero también otras actividades que se han mantenido a medio gas en este tiempo como las clínicas dentales o de fisioterapia (en estos casos podían atender a clientes, en casos de urgencias), así como clínicas veterinarias o pequeño comercio en general pueden ponerse hoy de nuevo tras el mostrador siempre que se cumpla con el requisito de que se atienda a los clientes de forma individual y con citas programadas para minimizar el riesgo de contagio. Pero los negocios creen que debería haberse concretado más, para no afrontar este retorno con más dudas que certezas. «Prefiero esperar si no sé si puedo garantizar la seguridad», dicen en Sobelleza.

«Ya no tendré tantos pacientes como antes»

Rocío Jiménez - Clínica Al-Phisio (Badajoz)

La fisioterapeuta Rocío Jiménez está al frente de la Clínica Al-Phisio en la calle Ramón Albarrán de Badajoz, que abrirá hoy para atender con cita previa. Estas semanas ha estado trabajando solo para urgencias. Reabrirá sabiendo que «no voy a volver a tener tantos pacientes como antes». Atendía a 9 al día, uno por hora, seguidos. Ahora sabe que no se podrá hacer. El paciente tiene que llegar con mascarilla y guantes y encontrarse todo desinfectado. Cuando se vaya, antes del siguiente, debe transcurrir un tiempo para que pueda limpiar todo de nuevo. Lo normal es que acudan con mascarilla, pero si alguien la necesita, se la facilitará. Tendrá que comprarlas, además de guantes, gel hidroalcohólico y productos de limpieza, gastos añadidos a unos ingresos ya recortados «y no me salen las cuentas, ya veremos».

«Haremos turnos para no coincidir en el local»

Mª Eugenia Frade - Estética Solbelleza (Cáceres)

En el centro de estética Solbelleza de Cáceres la actividad ha sido frenética en la última semana. Ya tienen cerrado que una empresa especializada desinfecte el local antes de subir la persiana, han comprado un equipo de ozono para desinfectar también las salas cuando salga cada clienta y usarán guantes y mascarillas en todos los tratamientos que apliquen. Es el protocolo básico que han ido definiendo con el asesoramiento de sus gestores, aunque solo abrirán si tienen plenas garantías de seguridad para clientas y trabajadoras.

«Estamos muy expuestas porque hay un contacto directo», apunta María Eugenia Frade, responsable del centro. Por eso, aunque su negocio debería ser un ir y venir de gente en estas fechas, adaptarán citas y horarios de las tres trabajadoras «con turnos para no coincidir en el local».

«No puede haber una norma para cada tienda»

Manuel Rodríguez - Dulce Bebé (Badajoz)

Manuel Rodríguez abrirá mañana con cita previa la tienda dedicada a artículos para recién nacidos Dulce Bebé, en la avenida Ramón y Cajal de Badajoz. Son productos de primera necesidad para embarazadas que requieren hacer previsiones. Tiene concertadas varias citas para esta tarde, porque la mañana se dedicará a la limpieza general y adecuación de la tienda, «pues ha surgido todo de un día para otro».

Manuel entiende que los requisitos para abrir pueden ser confusos, pero aduce que lo que debe primar es el «sentido común», porque «no puedes establecer una norma para cada tienda». En Dulce Bebé no hay probadores, por lo que cuando abra lo elemental será el aforo máximo, separación y que los clientes acudan con mascarilla.

«Tenemos ya a más de 40 clientas esperando»

Elena Chanclón - Peluquería Le Petit Salon (Cáceres)

Guantes, mascarillas, geles desinfectantes, pantallas protectoras e incluso patucos para cubrir los zapatos de los clientes al entrar y utensilios desechables... «Se trabajaba con mucha limpieza y ahora hay que extremar la higiene más aún. Estamos buscando para proporcionar la máxima seguridad», afirma Elena Chanclón, que gestiona con Andrea Vargas la peluquería Le Petit Salon en Cáceres. Desde que cerraron, las clientas no han parado de contactar con ellas para que las pusieran en lista de espera de cara a la reapuertura: «tenemos más de 40, iremos llamando por orden», apunta. Pero ambas socias trabajarán en dos turnos para no coincidir y espaciarán más las citas: «si antes atendías a nueve personas, ahora no podrás tener más de tres al día», asume.