El mercado franco de Cáceres arrancará de nuevo el próximo miércoles, 10 de junio, pero lo hará a un tercio de su aforo. Así lo recogen las normas establecidas por el Gobierno para la desescalada, y el ayuntamiento ha anunciado que se instalarán prioritariamente los puestos de alimentación. Muchos vendedores ambulantes se han quedado realmente contrariados al saber que de momento no podrán sacar su mercancía, que lleva guardada desde el último mercadillo, celebrado el 11 de marzo.

Por eso piden al alcalde, Luis Salaya, que amplíe el espacio disponible para que entren más puestos con las distancias necesarias. «Esto es una ruina, no podemos seguir esperando, son ya tres meses sin trabajar en el mercado de Cáceres», explica Joaquín Jiménez, veterano vendedor y asiduo al mercadillo desde hace cuatro décadas. Habla en nombre de los «compañeros de toda la provincia» porque, afirma, «necesitamos que esto empiece a funcionar con normalidad».

Los vendedores relatan que al llegar el Estado de Alarma recogieron «toda la mercancía en los almacenes», aparcaron sus vehículos y no han vuelto a ganar ningún ingreso por su actividad. «Hemos tenido ese género guardado tres meses completos, estamos a tope, y hay que venderlo en junio sea como sea. Hablamos de ropa y zapatos de primavera que se nos quedan ahí y todo son pérdidas. O lo sacamos ahora o no lo sacamos porque llega ya el calor», argumenta Joaquín Jiménez. «Y lo peor --agrega--, no tendremos ingresos para comprar la mercancía de verano mientras no demos salida a ésta, aunque sea en rebajas, aunque sea solo para cubrir los costes», indica.

Los vendedores insisten en que Cáceres tiene «las mejores condiciones» para ampliar la superficie del mercadillo porque está en un gran espacio sin construir en Vegas del Mocho. «Con todos los respetos y las precauciones por lo que está ocurriendo, ahí pueden distanciar los puestos los metros necesarios y no dejar a nadie fuera», señala el representante del gremio, que afirma que han pasado estos meses «muy mal, como todo el mundo, encerrados y gastando lo que no tenemos». En la venta ambulante no hay ERTES, «pero nosotros no venimos a pedir limosna, nosotros necesitamos trabajar», declara.

Joaquín Jiménez comenta que muchos mercadillos están ya en marcha «y Cáceres se queda atrás, eso no puede ser». Recuerda que se trata de uno de los más grandes de Extremadura «y todos mis compañero de Coria, de Plasencia, de Moraleja, de la provincia y de la región tenemos que empezar a vender porque se están viviendo situaciones de apuro».

LA CONCEJALA RESPONDE

Los vendedores se han dirigido al alcalde y están a la espera de que se atiendan sus propuestas. Este periódico también se ha puesto en contacto con la concejala de Economía, Hacienda, Mercados, Contratación, Comercio y Empresa, Mª de los Ángeles Costa, que recuerda que este miércoles abrirán los puestos de fruta, verdura y charcutería. «Los hemos adaptado al tercio del aforo que exige el BOE en la desescalada», explica la edil, «y hemos seguido las indicaciones de priorizar la alimentación», agrega. Literalmente, la disposición de Sanidad en el BOE del 16 de mayo recoge que en la fase 2 «pueden operar en mercados al aire libre un tercio de los puestos habituales o autorizados, limitando al mismo tiempo la afluencia de clientes, de manera que se asegure el mantenimiento de la distancia social de dos metros». La concejala recuerda que para la fase 3 se prevé un 50% de aforo, «con lo cual tampoco podríamos permitir más de la mitad de los puestos», concreta.

«QUEREMOS OPINAR SOBRE EL TRASLADO»

Por otra parte, los propietarios de los puestos ambulantes que acuden regularmente al mercadillo cacereño también están inquietos por el próximo traslado de esta cita a otra zona de la ciudad. Su celebración en Vegas del Mocho desde 2012 restó público al principio por la novedad y la crisis económica, pero la actividad ha remontado y temen que si el nuevo cambio no es acertado, las cosas se compliquen. La actual corporación municipal se ha comprometido a trasladar lo antes posible el mercado, con 250 módulos (entre los más amplios de la región), y baraja distintas parcelas municipales disponibles, como Charca Musia o las traseras de Mercadona, junto a la ronda Norte.

«Los vendedores quisiéramos que cuando vayan a decidir el cambio del mercadillo nos incluyan en la consulta, es lógico que nos den a conocer el lugar antes, porque cada cual sabe de lo suyo, los políticos saben de política pero nosotros sabemos del mejor sitio para los mercadillos y por tanto del mejor lugar para todos, para vendedores y clientes», explica Joaquín Jiménez por boca de los comerciantes ambulantes. «Necesitamos que el mercado de Cáceres y todos los de la provincia vayan bien», insiste.

La cita por excelencia de los miércoles cacereños ya ha modificado cuatro veces su ubicación, un traslado que además se considera periódicamente necesario para no cargar las molestias de una evento de estas dimensiones siempre en la misma zona de la ciudad. Comenzó a funcionar en 1977 en el Camino Llano, que se ponía a reventar con público llegado de toda la ciudad y de los pueblos de la provincia. Más tarde, en 1988, se trasladó al Rodeo para ganar más espacio aunque sufrió un ligero descenso en la afluencia. A finales de los 90 los puestos hicieron la mudanza hacia la ronda de la Pizarra, que al principio disgustó por la lejanía pero durante años concentró a miles de personas cada semana y resultó un éxito. El cambio a Vegas del Mocho llegó en 2012 y los vendedores recelan de otra mudanza si no es efectiva, por eso reclaman que se les tome en cuenta.