El Banco de Alimentos de Cáceres tuvo una subidade más del 20% en las personas que atiende durante los meses de marzo y abril, y ha continuado su crecimiento «poco a poco» durante los últimos meses. Así lo explica Juan Carlos Fernández, presidente de la organización, quien añade que durante esta época contaron con «la ayuda de la diputación», y que «la cosa se calmó eventualmente».

Según informa Efe, en la localidad de Cáceres son un millar las familias vulnerables que se benefician de ayudas municipales como la que proporciona esta organización, y 600 de estas recurren también a los mínimos vitales financiados por la Junta de Extremadura. La edil socialista María José Pulido, concejala de Asuntos Sociales, destaca el «esfuerzo» que se ha llevado a cabo por parte de «distintas organizaciones de voluntariado», como pudo ser la ya disuelta Red de Servicio Civil de Cáceres ante el Coronavirus (RedCor), la cual se disgregó el último día del pasado junio, tras tomar medidas «muy interesantes, sobre todo en alimentación. Un grupo de cocineros, cocineras y servicio de hostelería llegó a estar repartiendo entre 200 y 300 menús gratuitos al día», rememora Pulido.

Fernández confirma que la necesidad de comida se acrecentó «de forma muy fuerte» durante esta época. Matiza que el número de familias necesitadas de ayuda aumentó su volumen fundamentalmente «en las zonas rurales, los pueblos de la localidad», si bien las ciudades también fueron afectadas.

Desde entonces, han recibido «bastantes donaciones» por parte de la población, que sin embargo «estamos guardando para septiembre y octubre, por si son los meses malos». Y es que temen que con el fin de los ERTE llegue una nueva ola de necesidad. «Desconocemos las previsiones, pero creemos que el porcentaje no va a bajar», confiesa Fernández, «quizá hasta siga subiendo».

Campañas

CampañasDel mismo modo, le preocupa la pérdida de las ‘operaciones kilo’, campañas de recolecta que hacen durante los meses de abril, mayo y junio, las cuales «nosotros de alguna forma recogemos, y con las que ahora no vamos a contar».

No es esta su única preocupación respecto a sus campañas de acopio: «Hay prevista una gran recogida a nivel nacional a finales de noviembre que se hace todos los años», explica, «y tememos que puedan cancelarla. Es muy importante. El año pasado recogimos aproximadamente 125.000 kilos», recalca, «Nos preocupa, y no sabemos si a nivel nacional nos van a decir que se va a hacer por internet, o mixto entre online, tiendas y grandes almacenes. No lo sabemos todavía, pero ahí tendremos una pérdida que según nuestros cálculos sí sería importante».

Ante esta situación de crisis, están tomando las medidas que pueden. Asegura que planean «empezar alguna campaña de donación, como ya hicimos en abril, que resultó medianamente interesante. También tuvimos una en mayo, que se desarrolló bien. Entonces es un poco la idea que tenemos, repetirlo».

Esta asociación no trabaja en solitario. Colabora con el ayuntamiento, específicamente «con la concejalía de Asuntos sociales», que les ayuda a mantener «de algún modo, un contacto constante con las familias que se incorporan. Nos señalizan en qué zona se ubican, o en qué asociación, para que nosotros podamos hacer el reparto correspondiente». De la misma manera, cooperan con asociaciones como Utopía o algunas Caritas parroquiales. Y es que debe recordarse que el Banco de Alimentos de Cáceres no trabaja con particulares de forma directa. Se mueven en su lugar a través de organizaciones.

«Tenemos asignados los números de familias y de personas, además de los alimentos que les corresponden», explica Fernández. «Las organizaciones con las que trabajamos también hacen otras campañas, cuando necesitan ampliar o necesitan algo determinado, pero eso ya no tiene que ver con nosotros».

Sobre cómo vaticinan las semanas venideras, Fernández responde: «Hemos permanecido cerrados desde el 6, y no abriremos hasta el 16», para concluir razonando que «ahí ya empezaremos, y a ver cómo se presenta el último trimestre».