Dicen algunos de los que mejor conocen el entorno del Parque Nacional de Monfragüe que hacía años que el paisaje no estaba tan espectacular y que la zona ha tenido un ‘retroceso’ en los tres meses que han pasado desde que se cerrara al público y ahora los animales campan a sus anchas: es fácil encontrarse con cervatillos parados tranquilamente en la carretera, el buitre negro se deja ver con más facilidad por la zona y parece que hay el doble de cigüeña negra también. «Da la impresión de que se ha producido un retroceso de 50 años», dice Juan José Hernández, responsable de Naturs, una de las empresas de turismo activo de la zona. «Es raro y maravilloso a la vez», dice este amante de Monfragüe, que a pesar del parón laboral de los tres últimos meses, no ha dejado de recorrer los rincones del parque.

Lo que ha podido ver en este tiempo es que algunas de las especies más emblemáticas de Monfragüe están más accesibles que nunca a los ojos del visitante, aunque sin visitantes para disfrutar aún de esa postal. Lo malo, que la situación está llevando al límite a las empresas que gestionan el turismo en la zona, que dan ya por perdida la que tradicionalmente es la mejor campaña del año, la de primavera, que está a punto de terminar con pocas opciones de que se vayan a producir grandes cambios que permitan la llegada de visitantes, aún con la entrada de la región en fase tres la próxima semana.

Todo cerrado

Todo cerradoDe momento los recursos del parque están cerrados y la movilidad está limitada todavía al ámbito provincial y va a seguir así al menos hasta dentro de una semana más. Aun tardará más (al menos hasta el 21 de junio) en abrirse la comunicación entre regiones, lo que anula la posibilidad de que lleguen potenciales clientes a sus negocios de turismo activo: los visitantes de fuera de la región. «La primavera está acabada, y lo peor es que lo que nos queda ya son 15 días en el otoño; la berrea. Y no sabemos cómo estará entonces la situación», lamenta Eduardo Calzas, de la empresa Monfragüe Natural, una de las veteranas del sector en la zona con más de 15 años de trayectoria.

Los parques naturales pueden abrir sus instalaciones en todas las regiones que están en fase 2, por lo que en el caso de Monfragüe las instalaciones podrían haber empezado a recibir visitantes desde el pasado 25 de mayo, cuando se inició esta etapa en Extremadura. Es la Junta de Extremadura, en todo caso la que debe determinar el momento y las condiciones de la apertura, siempre siguiendo las pautas marcadas por el Ministerio de Sanidad, (que dirige la desescalada), según aclara el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que coordina la red de Parques Nacionales en la que se encuentra el de Monfragüe.

Eduardo Calzas. / EL PERIÓDICO

Visitas, solo con guías

Visitas, solo con guíasEn la Consejería de Transición Ecológica ya se está trabajando en los protocolos para la apertura de los edificios que están incluidos en el parque, como son los centros de recepción de visitantes de Villarreal de San Carlos y Malpartida de Plasencia. La reapertura de ambos está prevista «para los próximos días», según indican, aunque no hay aún una fecha. El acceso, en todo caso será con limitaciones de aforo y algunas restricciones de uso en las instalaciones.

En todo caso, desde que se iniciara la fase 2, hace dos semanas, sí se puede visitar el parque, aunque siempre con la asistencia de un guía y con el requerimiento para estos de que se informe previamente de la visita a la administración regional. También se ha solicitado a las empresas que se coordinen entre sí para evitar que puedan coincidir distintos grupos en la misma zona. Sin embargo, las condiciones actuales no son las más propicias para que los potenciales clientes puedan llegar a las puertas del parque y por tanto a que las empresas de turismo activo que tienen allí su negocio puedan reiniciar la actividad. Ya dan por perdida la mejor época de visitantes a la zona, que se produce entre los meses de febrero y junio, con el pistoletazo de salida en la Feria Internacional de Ornitología (FIO) y el cierre en el mes de junio, a las puertas del verano.

«Lo normal es que en este tiempo hubiéramos estado trabajando cuatro o cinco personas en la empresa. Pero, de momento, estoy yo solo», dice Eduardo Calzas. La situación ha pillado a su empresa con cierta solvencia y le ha permitido resistir aun con dificultades («hemos estado a punto de cerrar», reconoce) al tener que hacer frente a la devolución de las cancelaciones que se produjeron incluso antes de que se decretara el estado de alarma, cuando comenzó a extenderse el temor al virus. En su empresa optaron por devolver a los clientes el cien por cien de lo que habían depositado y no retener esa fianza en depósito para una visita en otro momento. «Es complicado mantenerse porque somos empresas muy estacionales, la temporada se nos ha roto y nos hemos encontrado además con incumplimientos en el caso de la Junta de Extremadura, con retrasos en el pago a proveedores que nos han dejado también sin liquidez», critica.

A la situación actual añaden las dudas sobre cómo evolucionará todo y cómo responderá al turismo en los próximos meses. «El parque funciona en la primavera, por lo que en estos meses hemos perdido como el 60% de nuestra facturación anual», reconoce Juanjo Hernández. Aún así confían en que el visitante responda: «la gente está deseando salir, a eso te aferras», dice este emprendedor de raíces extremeñas que recaló en la región hace dos años pero que lleva más de 40 ligado al sector turístico.

Juanjo Hernández. / EL PERIÓDICO

Movilidad interprovincial

Movilidad interprovincialLa principal duda, por eso, es cuándo podrán desplazarse esos clientes. Y presumen que aún queda tiempo. De momento, con la movilidad reducida a la provincia, solo pueden atender a clientes de Cáceres y no es el cliente principal porque esa gente suele moverse por el parque sin guía y no es el que más consume tampoco las actividades que organizan por el entorno con kayak, 4x4...

El grueso de la clientela nacional procede de Madrid y de Sevilla, con lo que hasta que no se abra la comunicación con estas regiones no hay negocio a la vista o será mínimo. En cuanto al flujo internacional, el cliente centroeuropeo es el más habitual en la zona, pero su llegada va a ser aún complicada sin saber los corredores internacionales que se van a establecer aún y también por la antelación con la que estos suelen planificar todas las actividades.

Con todo eso, temen que la situación general impida le llegada del turismo internacional, aunque confían en que los viajeros nacionales y la alternativa que el turismo de interior va a suponer este verano a los condicionantes de la playa por el coronavirus, puedan permitirles sobrellevar un periodo estival atípico pero más favorable que otros años. «De momento estamos recibiendo llamadas con consultas sobre las actividades y las condiciones. La gente tiene muchas dudas. Pero las reservas están aún paradas», reconoce Hernández.

Aun así, las empresas se han ido preparando en las últimas semanas para adaptar sus actividades a los protocolos de seguridad establecidos por el Ministerio de Sanidad: se ha limitado la ocupación de los vehículos a 5 ocupantes en el caso de los de 9 plazas y todos deben llevar mascarilla. Además se desinfecta el interior de los vehículos tras cada uso y los equipos ópticos que utilizan se desinfectan también antes y después de cada visita.

En algunos casos, incluso están ofreciendo la posibilidad de que los visitantes hagan la ruta en su propio vehículo y se les entrega un protocolo con la reserva en el que se indica incluso cómo deben saludar al guía para mantener la seguridad. «Se pueden hacer actividades sin descuidar la seguridad», asevera Eduardo Calzas.