Las actitudes y comportamientos de las mujeres pueden haber contribuido a reducir su vulnerabilidad y mortalidad por el coronavirus. Una encuesta en 8 países recogida por Europa Press ha concluido que consideran el covid-19 un problema más serio que los hombres y que es más probable que aprueben y cumplan con las medidas sanitarias.

"Los responsables políticos que promueven una nueva normalidad han de promover las mascarillas y a otros cambios de comportamiento. Deberían, por lo tanto, diseñar una comunicación diferenciada por sexo si quieren aumentar el cumplimiento de los hombres", explica Vincenzo Galasso, uno de los autores de este nuevo estudio sobre las diferencias de género en la reacción al coronavirus.

En su trabajo, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)', los autores observan diferencias sustanciales de género tanto en las actitudes como en los comportamientos a través de una encuesta en dos oleadas (marzo y abril de 2020), con 21.649 encuestados en Australia, Austria, Francia, Alemania, Italia, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, que forma parte del proyecto internacional 'Repeat'.

ELLAS ESTÁN MÁS CONCIENCIADAS

Las mujeres de todo el mundo tienden más que los hombres a considerar el covid-19 como un problema de salud muy grave (59% ellas frente al 48,7% ellos en marzo, y 39,6% contra el 33% en abril). También son más propensas a estar de acuerdo con las políticas públicas de lucha contra la pandemia, como las restricciones de movilidad y el distanciamiento social (54,1% contra 47,7% en marzo y 42,6% contra 37,4% en abril) y están claramente más predispuestas a seguir las normas relativas al coronavirus (88,1% contra 83,2% en marzo y 77,6% contra 71,8% en abril).

El porcentaje de personas que cumplen las normas disminuye con el tiempo, en particular en Alemania, del 85,8% de las mujeres y el 81,5% de los hombres en marzo al 70,5% de las mujeres y el 63,7% de los hombres en abril, pero persiste la gran diferencia entre sexos.

MÁS PREDISPUESTAS A PROTEGER A LOS DEMÁS

"Las mayores diferencias entre hombres y mujeres se relacionan con comportamientos que sirven para proteger a los demás sobre todo, como toser en el codo, a diferencia de los que pueden protegerse a sí mismos y a los demás", explican los investigadores. Las diferencias de género persisten incluso después de que el estudio controlara un gran número de características sociodemográficas y factores psicológicos.

Sin embargo, esas diferencias son menores entre las parejas casadas, que viven juntas y comparten sus opiniones entre sí, y entre los individuos más directamente expuestos a la pandemia. Disminuyen con el tiempo si los hombres y las mujeres se exponen al mismo flujo de información sobre la pandemia.