El 23 de mayo, el mismo día en el que Rafael Nadal debutó en Roland Garros camino de su primer título en el 2005, era la fecha prevista para inaugurar este sábado la remozada pista central Philippe Chatrier en la que ha ganado 12 títulos desde el 2005.

Nadal iba a estrenar 15 años después de aquel éxito, un techo cubierto en la que ha sido su casa de París, desde entonces. Roland Garros tenía a punto la pista cubierta que se le reclamaba desde hacía tiempo y se convertía en el último Grand Slam en disponer de al menos una pista cubierta como yan tienen El Abierto de Australia, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos que la inauguró el año pasado.

La Federación Francesa de Tenis había previsto una gran fiesta para celebrarlo con la presencia de los mejores tenistas de la historia y un espectáculo musical por la noche que han tenido que ser anulados. El coronavirus ha impedido su apertura como la organización del torneo que, de momento, ha sido trasladado de fechas al 27 de septiembre próximo.

4.000 toneladas de acero

El techo ya está preparado pero nadie sabe si definitivamente podrá estrenarse en el 2020. La espectacular estructura cubre los 105 metros de longitud de la pista central, anclada en 11 alas construidas alrededor de su exterior y un peso de 4.000 toneladas de acero que se desplazan sobre dos raíles cremallera movidos cuatro potentes motores que lo cierran en 15 minutos. El techo dispone de una ventilación natural abierta que evita la resonancia y sus paneles blancos permiten una luminosidad como si fuera luz natural. La remodelación de la Phlippe Chatrier ha costado 380 millones de euros.

El proyecto se anunció en el 2017 y empezó a montarse el pasado 12 de julio del 2019 para concluirse el 5 de febrero, aunque las pruebas de funcionamiento se habían complicado por el coronavirus. Así y todo Roland Garros estaba preparado para acoger el torneo que debía comenzar este domingo, 24 de mayo.

La puesta en marcha del techo permitirá jugar todos los partidos de cuartos de final en la Philippe Chatrier, si las inclemencias metereológicas impiden jugar en las pistas exteriores. Eso si, “el techo solo se utilizará si las condiciones obligan a ello, l idea es jugar siempre al descubierto”, explicaba Remy Azemar, en L’Equipe.

Dos sesiones diarias

Roland Garros ya tenía preparada la programación de los partidos y la venta de entradas en dos sesiones por jornada, con la instalación en sus cuatro pistas principales de una iluminación especial que permitía seguir jugando después de anochecer tanto en la Phlippe Chatrier (15.059 espectadores), como en la Suzanne Lenglen (10.068), la Simone Mathieu (5.000) y la pista número 14 (3.000). Hay previsto también un proyecto para cerrar también la segunda central para el 2024, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de París.

Si finalmente en septiembre puede jugarse el torneo la doble jornada y la fiesta de inauguración del techo de Roland Garros deberá esperar a la edición del 2021. “Somos lo más optimista posible de celebrar la edición del 2020 y hemos preparado todos los escenarios, incluido el de jugar si público”, aseguraba Jean-François Villota, director general del Grand Slam francés.