El alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, no quiere dar el pistoletazo de salida para que reabran todos los parques de la ciudad para evitar «el efecto llamada», según dijo ayer. Por eso en Badajoz no ha habido un aviso público por parte del ayuntamiento sobre la reapertura de las áreas de juegos infantiles, que llevan cerradas más de un año y que ayer empezaron a reabrir paulatinamente, a medida que están siendo desinfectadas, se han retirado los precintos y han colocado los carteles sobre aforos y normas de uso. Esas son las señales que indican que un parque está abierto.

La falta de anuncio oficial ha provocado algo de desconcierto entre las familias, que ayer no sabían si podían acudir o no con sus hijos al parque más cercano. Algunos seguían claramente cerrados, como el de Castelar, con el precinto intacto y todavía no habían colocado los carteles. En el de Pardaleras, los precintos no obstaculizaban las entradas pero permanecían colgados. Unos abuelos que pasaban todavía no sabían si podrían bajar a sus nietos. Tampoco en el de la plaza de los Alféreces había niños a primera hora de la tarde.

La imagen contrastaba con la de los parques de Jardines del Guadiana, donde está el hotel AC, y el nuevo de La Legión, delante del colegio de la Juventud. En el primero el aforo está marcado en 20 niños y 25 en el segundo y pudo llegarse al límite. Como publicó este diario, el ayuntamiento ha establecido normas siguiendo las recomendaciones de Salud Pública, según las cuales las áreas de juegos tienen horario, de 10.00 a 20.00 horas, los niños no pueden permanecer más de 30 minutos, deben guardar una distancia de 1,5 metros entre sí y no formar grupos de más de seis. La mayoría de los padres reconocen que son de difícil cumplimiento y complicado control.

En el parque de Jardines de Guadiana, ninguno de los padres sabía que los juegos no reabrieron hasta ayer de manera oficial. Los usaban habitualmente a pesar de que la Policía Local les llamaba la atención, cuando la avisaba el vecindario. Marta se quejaba de que los hayan cerrado tanto tiempo, cuando en los colegios están 25 niños juntos en un espacio cerrado y de que hayan reabierto bares y tiendas pero no los parques. Marta es farmacéutica «y se ha comprobado que el riesgo con los niños es muy bajo». «Que se hayan abierto hoy es una gran noticia», comentaba María de los Ángeles, para quien «es muy difícil de controlar» el tiempo que cada niño usa un juego. «Si el aforo es razonable, el tiempo no debe contar, 30 minutos es muy poco y sin nadie que lo controle». También Alfonso veía «complicado» limitar el tiempo de juego. A Jorge le ha parecido «siempre mal» que los parques cerrasen porque los niños son de la misma zona y ya se juntan en el colegio.

SIN ALTERNATIVA / Otros padres no sabían que el nuevo parque junto al colegio Juventud abría ayer. Cuando se dirigían a la plaza de los Sitios vieron que había niños y se acercaron. Según opinó Carmen de las medidas exigidas, «nos parecen bien como normas, pero son difíciles de cumplir, porque no hay nadie controlando ni vigilando», señaló, «No sé cómo vas a impedir que se junten seis niños, si van corriendo libremente», apuntaba Pilar. «Nosotros como padres estamos pendientes de que nuestros hijos estén con los de su clase, pero si los demás están al lado, no los vas a echar», añadió su amiga. Respecto a que hayan permanecido cerrados hasta ahora, Carmen señaló que tampoco era imprescindible autorizar otras actividades y sin embargo se han permitido, «porque se hace todo mal desde el principio». Para Pilar, sin embargo, «los parques no eran imprescindibles, he hecho otras actividades con mis hijos, pero también creo que no se ha pensado en ellos en la pandemia, no ha habido alternativas, para los niños no había nada».