El jefe de Medicina Preventiva y Salud Pública del complejo hospitalario de Cáceres, Camilo García, lo tiene claro: Para protegernos lo más importante es mantener la distancia de seguridad de dos metros y una correcta higiene de manos. Su servicio se encarga de velar por la seguridad de los sanitarios y de los pacientes. Ha sido clave en esta pandemia para frenar los contagios dentro del ámbito hospitalario, aunque reconoce que no ha sido fácil. ¿Lo peor?: «Ver a tantas personas pasándolo tan mal, tanto del personal sanitario como de la población en general». Pero asegura que los sanitarios lo han dado todo: «Dentro del hospital la gente se transforma y pierde el miedo, solo piensas en ayudar al enfermo».

-¿Cuál diría que es la medida más importante que debemos tener en cuenta para prevenir contagios?

-Cuando hablamos de medidas para proteger a la comunidad frente al contagio, que puede ser coronavirus o de cualquier otra enfermedad viral que se transmite por gotas y por contacto, lo principal sería la distancia de seguridad, que nos permite no contagiarnos. La distancia entre las dos personas no permite que la gota le llegue ni a una ni a otra persona. Como una medida alternativa a esa distancia de seguridad está el uso de la mascarilla, que permite además contener las gotas que emitimos al hablar, al estornudar, al toser,… Y por último, y también importantísimo, la higiene de manos con agua y jabón o con una solución hidroalcohólica. Lo importante es lavarse las manos cuando hay que lavárselas.

-¿Y cuándo tenemos que hacerlo?

-Sobre todo al tocarnos la cara, al consumir alimentos, al entrar en contacto con otra persona, al tocar objetos, tras ir al baño, al toser, al estornudar,.... Nos lavamos las manos muchas veces al día pero debemos lavárnoslas en el momento en el que existe más riesgo.

-¿Nos tenemos que lavar las manos siempre antes de tocarnos la cara?

-Sí, siempre. Esta enfermedad se contagia, además de por las gotas, por el contacto y ese contacto puede ser que nos llevemos las manos con una cantidad de virus a los ojos la nariz o la boca.

-¿Considera que sería obligatorio el uso de la mascarilla en la calle por toda la población?

-Estaría indicado en cualquier lugar, en la calle o en el interior, si no vamos a poder mantener la distancia de seguridad. Eso sí, previene si su uso va acompañado de la higiene de manos, porque el problema es que la mascarilla no deja de ser un elemento extraño en la cara que se mueve, nos incomoda y la tocamos constantemente.

-¿Cómo reacciona el virus ante la presencia del jabón?

-El jabón lo que hace es desintegrar la membrana del virus y con el efecto del agua se eliminan los microorganismos del virus de las manos, por arrastre.

-¿Cómo hay que ponerse la mascarilla?

-Lo primero es lavarse las manos. Se coge por las gomas y se colocan en cada una de las orejas sin tratar de tocar ni la boca ni la nariz ni los ojos con las manos, porque podríamos contagiarnos antes de ponérnosla. Hay que ajustársela bien a la nariz porque debe tapar la mucosa bucal y nasal.

-¿Cuáles son las más adecuadas?

-Las quirúrgicas y las higiénicas, que son muy parecidas, que nos protegen por contención de las gotas de la persona que las lleva y por contención de la otra persona.

-¿Cuánto tiempo duran?

-Esto es muy discutible porque hay que valorar muchos factores, como el tiempo que se mantiene puesta, las veces que se ha manipulado y el tipo de actividad que se realiza con ella. Si es para desplazarse de un sitio a otro puede durar hasta un día.

-En una comunidad como la nuestra, donde hace tanto calor, ¿podremos aguantar con la mascarilla puesta durante el verano?

-Es complicado, la mascarilla se deteriora con el calor, con el sudor y con las manos empapadas por lo que habría que tener más cuidado.

-¿Nos ponemos los guantes o no?

-Está contraindicado en la población general. Su uso sobre todo es para acciones concretas donde podamos tener un riesgo de contaminar tanto a algún material o producto o a nosotros mismos. La población en general deberíamos usarlos cuando vamos al supermercado porque estamos en contacto con los alimentos y con los carros. Si no nos hemos lavado las manos hay que usarlos para no contaminarlos y también, por si estos productos están contaminados, para no contaminarnos nosotros.

-Dicen que los guantes generan una falsa sensación de seguridad…

-Exacto. Cuando nos ponemos un guante nuestra mente obviamente piensa que nos estamos protegiendo nosotros mismos. El guante se convierte en una segunda piel, por tanto vamos tocando todo, vamos contaminando el guante con todo, y puede ser que nos toquemos la cara, cosa que hacemos inconscientemente porque es un rasgo del ser humano, y nos contaminemos.

-¿Cómo habría que proteger a la población infantil?

-Dependiendo de qué edad. Hasta 14 años se discute si pueden usar o no la mascarilla. Es complicado ponerle una mascarilla de adulto a un niño (pediátricas hay pocas en el mercado) a lo que se une que los niños se la tocan más. Si van a estar en un ambiente donde no se puede respetar la distancia de seguridad y podemos tener un contacto estrecho con otra persona sí se recomendaría usarla, pero para ir a jugar a la calle, no. La orden es que salgan con su padre o su madre y que mantengan la distancia de seguridad con otros niños.

-Esta distancia de seguridad implica que muchas familias que han podido reencontrarse después de un mes y medio no hayan podido ni siquiera tocarse. ¿Vamos a poder volver a abrazarnos?

-Es complicado. Los seres humanos nos tocamos mucho, nos besamos, nos abrazamos,... Y esas muestras de cariño son muy importantes. Poco a poco vamos cambiando de fases y podemos vernos, pero es complicado saber cuándo nos podremos tocar. Si convivimos bajo el mismo techo no habría problema pero si se ha convivido por separado habría que seguir manteniendo la distancia de seguridad hasta que haya más inmunidad en la sociedad o hasta que desaparezca el virus.

-Si no aguantamos y nos abrazamos, ¿a qué nos estamos arriesgando?

-No implicaría un riesgo muy elevado siempre y cuando no tengamos ningún tipo de contacto con la cara de la otra persona ni con su piel. Si eso ocurre, pero llevamos mascarilla y nos lavamos las manos inmediatamente, realmente no habría mayor problema. Pero como sabemos que las medidas a veces son muy complicadas de cumplir sería más recomendable no abrazarse para evitar errores y contagiarnos.

-¿Cómo ha sido el trabajo de Medicina Preventiva durante esta pandemia?

-Muy complicado. Ha sido algo que nos ha venido de la nada. Es verdad que tenemos experiencia y conocimiento en la transmisión de muchos microorganismos pero no nos esperábamos nada así.

-Han elaborado los protocolos de prevención y una de esas medidas ha sido suprimir las visitas de los familiares a los centros hospitalarios…

-Sí y nos ha costado mucho tomarla porque influye mucho en el estado psicológico del paciente, pero había que darle seguridad a todos. Por un lado a los familiares, para que no se llevaran el virus del hospital, y también para que ellos tampoco lo trajeran aquí.

-¿Hubo miedo de que faltaran protecciones?

-Sí, aunque aquí no ha faltado, quizá sí hubo problemas de gestión en algún momento.

-¿Se pueden achacar los contagios del personal sanitario a la falta de esas protecciones?

-No tenemos un estudio de cuál ha podido ser la razón. Nos hemos podido contagiar fuera o dentro del ámbito sanitario y cómo definir si ha sido en un lado o en otro es complicado. Lo que sí hay que reconocer es que dentro de las instalaciones hospitalarias el riesgo se incrementa y por eso se insiste tanto en las medidas para los profesionales porque con cualquier despiste podemos contagiarnos.