Juran por los dioses. Por Apolo, Esculapio, Hygia y Panacea. Prometen que consagrarán su vida al servicio de la humanidad y que sobre todas las cosas, velarán siempre por la salud del paciente. El juramento hipocrático en la medicina es sagrado. Hay que respetarlo como quien respeta la biblia. Es un credo que llevan a cuestas los sanitarios con orgullo. Dicen que no son héroes, que ellos han elegido ese camino. Pero lo cierto es que son quienes dan la cara. Son los que están en la trinchera, los que se la juegan. Siempre lo hacen, pero desde que el país registró el primer caso de coronavirus, hacen día y noche en los hospitales para garantizar que cualquier posible paciente reciba la atención necesaria. Ellos son tres pero hablan por todos, Elena Gallego, Marcial Casares y María Ángeles Márquez son sanitarios extremeños que trabajan en la UCI del área de salud de Cáceres, la unidad que atiende los casos más graves. Son los verdaderos ojos y manos de la crisis. Los que realmente pueden hablar sobre lo que está ocurriendo. Lo hacen para EL PERIÓDICO EXTREMADURA con conocimiento de causa y con el criterio que les otorga pisar el terreno.

Elena Gallego: «Hay tensión, pero somos conscientes del trabajo que hemos elegido y la sociedad nos necesita más que nunca»

Tanto es así que Elena atiende a este diario después de intubar a un paciente con coronavirus. Aunque sus jornadas son maratonianas, de momento el cansancio no hace mella. «Cansados no estamos», añade mientras detalla que hay una planificación y establecen turnos para asegurar el descanso de todos los compañeros. Apunta que ahora Extremadura se encuentra en la fase 1, la más baja, pero insiste en que la situación es «imprevisible» y la preocupación llegará cuando se alcance la fase 2 o 3. «Nunca sabemos cómo va a evolucionar». En ese sentido, asevera que el clima que se respira es de «tensión» y «preocupación». Aunque cumplen los protocolos a rajatabla, apostilla que el «miedo» más frecuente es que ellos, los propios sanitarios, enfermen. «¿Si enfermamos quién va a estar aquí para atender a los que lleguen?». Esa misma inquietud comparte Marcial Casares, también intensivista. «Vamos a poder atender a todos los pacientes graves, hay capacidad y si la cosa empeora hay mecanismos para que esté garantizada la asistencia, lo único que nos preocupa es que caigamos enfermos, estamos poniendo todos los medios pero también nos podemos contagiar», pone de relieve. Aún así él se define «optimista por naturaleza». Hace frente cada día a situaciones críticas, quizá ahí reside la templanza de su testimonio. «A día de hoy todos los pacientes están siendo atendidos», expone. Mientras tanto, se están preparando para cuando la situación se complique. «Sabemos que es algo que puede pasar». En cualquier caso, traslada que entre los sanitarios «no están asustados».

Marcial Casraes: «A día de hoy todos los pacientes están siendo atendidos, lo único que puede preocuparnos es que enfermemos nosotros»

María Ángeles también tranquiliza y deja claro que la situación está controlada. Si la voz de la experiencia siempre es un grado, ahora lo es más que nunca y ella los tiene todos. Lleva 41 años como sanitaria, es coordinadora de la Unidad de Trasplantes del área de salud en Cáceres y ahora ayuda en la Unidad de Cuidados Intensivos mientras dure la crisis sanitaria del coronavirus. Su preocupación, como la del resto, es «que los medios se acaben». «Ahora hay para atender a todo el mundo, lo que nos preocupa es que se desborden las cifras». Por ese motivo, hace su particular alegato para que los ciudadanos sigan las directrices de Sanidad y «se queden en casa».

Mª Ángeles Márquez: «No necesitamos que nos digan que somos héroes, somos personas normales, vamos a casa y tenemos nuestra familia»

Semanas intensas

Apunta que estas semanas están siendo especialmente intensas en cuanto a volumen de trabajo, pero si ella tiene que poner nota a los sanitarios, les pone un «diez». Corrige. «Un veinte». Y para que las fuerzas no flaqueen, de todas las casas de la región les llegan ánimos y apoyo cada noche. Elena confiesa que los aplausos desde los balcones «le tocan el corazón». «Me pone la piel de gallina, es un detalle que te mandan, nosotros somos conscientes del trabajo que hemos elegido y ahora más que nunca la sociedad nos necesita, es un empujón para seguir adelante cada día», anota. Marcial también se pronuncia. «Es genial que te aplaudan, hacemos lo que hay que hacer, pitaran o aplaudieran, tenemos que seguir», concluye. María Ángeles también se emociona que la ciudadanía traslade su apoyo cada día. «No necesitamos que nos digan que somos héroes, somos personas normales, vamos a nuestra casa y tenemos familia, pero ayuda». Deja claro que «seguirán trabajando» pero de nada sirve si la sociedad no cumple con su parte. «No solo queremos reconocimiento, queremos responsabilidad para que no colapsemos los hospitales. Es tajante. En esto todos debemos estar a una. «Todos pendientes de todos», concluye.