Que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) queden libres de coronavirus es una prueba de que la pandemia está comenzando a marcharse. Pero en Cáceres hay otra más y es la drástica reducción de pacientes ingresados en el hospital Nuestra Señora de la Montaña. Este miércoles solo quedaban seis, cuando llegó a haber casi 60. Ocupan habitaciones de la segunda planta.

Este edificio, que llevaba cerrado desde el mes de octubre, se recuperó para poder hacer frente a la avalancha de pacientes que colapsaron en cuestión de días el área de salud de Cáceres, la más castigada de la región por esta crisis sanitaria. Había jornadas que en cada turno llegaban de media unos 40 pacientes, todos con síntomas de la enfermedad. El personal no daba abasto y se temía que las camas disponibles fueran insuficientes (nunca han faltado). Ante esta situación se tomó la decisión de reabrir el hospital provincial, que se equipó en dos días. Hasta allí se trasladó el mobiliario que meses antes se había desalojado de este mismo edificio para dejarlo libre y entregarlo a la Diputación de Cáceres, administración propietaria, que buscaba ya un nuevo uso. El coronavirus frustró las expectativas de futuro de este inmueble que de momento seguirá prestando asistencia sanitaria ‘sine die’.

El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha adaptado la plantilla a la nueva situación y en estos momentos el edificio está atendido por 33 sanitarios en los tres turnos, entre médicos, enfermeros, Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecaes) y celadores. Cuando se abrió había ocho médicos y más de 40 enfermeros y auxiliares. Este hospital se mantendrá abierto, aunque no haya pacientes, en previsión de cualquier rebrote.