Los datos epidemiológicos suministrados por las autoridades sanitarias de Rusia, criticados y cuestionados por fuentes médicas independientes e investigaciones periodísticas, también generan dudas en el máximo organismo mundial en temas sanitarios. Michael Ryan, director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha admitido ante la prensa que "cuesta creer" el bajo índice de mortalidad en el gigante euroasiático. Mientras tanto, el país continúa acumulando miles de infecciones diarias, superando ya el medio millón de contagiados.

"Por supuesto, es inusual que la cantidad de muertos en relación con la cantidad de infecciones sea baja", ha admitido el responsable sanitario. Para Ryan, Rusia y Europa no presentan grandes diferencias en cuanto a edad media de la población o sistema sanitario, variables que podrían explicar que Moscú difunda índices de mortalidad incluso inferiores a los de países como Alemania. Y recomienda al Gobierno ruso replantearse su contabilidad: "Es importante que el Ejecutivo ruso vuelva a analizar su método de conteo y se asegure de que lo mantiene al día de forma correcta".

NEGATIVA DEL KREMLIN

El Kremlin ha reaccionando a las afirmaciones del responsable de la OMS negando tajantemente cualquier contradicción o manipulación. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha respondido ante la prensa con un lacónico "no" a la pregunta de si había algo extraño en la información suministrada por Rusia, al tiempo que ha propuesto que Rospotrebnadzor, el ente estatal encargado de velar por la salud de los consumidores, contacte con la organización sanitaria dependiente de la ONU y le dé las explicaciones pertinentes.

Varias investigaciones periodísticas han cuestionado los datos proporcionados por Moscú sobre el covid-19, incluyendo no solo el índice de mortalidad sino el número total de infectados. Se han filtrado grabaciones en las que un gobernador regional instaba a sus subalternos a manipular las cifras; se han publicado encuestas en las que un número significativo de médicos admitían haber recibido instrucciones de sus responsables a la hora de diagnosticar y tipificar los casos; incluso algunos expertos en datos han llegado a demostrar insconsistencias en las estadísticas.

Las autoridades rusas han negado sistemáticamente todas las acusaciones e incluso han amenazado con represaliar a los medios que publiquen dichas informaciones, amenazando con retirar acreditaciones a corresponsales extranjeros. A diferencia de lo que sucede en los grandes estados europeos, Rusia continúa contabilizando a diario miles de nuevas infecciones. Este jueves, se ha informado de la existencia 8.404 nuevos positivos identificados en las últimas 24 horas, superando ya la barrera psicológica del medio millón de infecciones y convirtiendo al país en el tercero más afectado por la pandemia. El número de muertos, sin embargo, se limita a 174, acumulando el país desde el inicio de la pandemia poco más de 6.000 defunciones, menos incluso que Canadá, con una cifra de contagiados cinco veces inferior.