Sin movilidad no hay turismo y los datos de cierre de ejercicio de los hoteles de la ciudad son «demoledores». En los últimos 12 meses la ocupación en Mérida no ha superado el 30% de media y a causa del covid se han perdido más de 95.000 pernoctaciones con un impacto económico de 6,7 millones de euros. «Sobrevivimos ajustando día a día la oferta a la demanda que tenemos», explica ante estas cifras José Luis Hernández, director del hotel Tryp Medea y presidente de la Asociación de Hoteleros de Mérida (Ashomer).

En su caso, el hotel se ha mantenido abierto desde la reapertura el pasado 22 de julio, pero el erte sobre la plantilla sigue activo y se han visto obligados a reducir servicios: han cerrado el gimnasio, el spa, la cafetería y con las reservas solo ofrecen desayunos y cenas. «La mayoría de los clientes que tenemos son personas que viajan por motivos de trabajo y entre semana; salen por la mañana y no vuelven hasta por la tarde, así que no necesitan el servicio de comida», explica. Y así en la mayoría de los hoteles. «Estamos buscando la manera de tener las menores pérdidas posibles», añade.

Según los datos facilitados por Ashomer, la ocupación media de los hoteles de la ciudad fue en 2020 del 28%, frente al 73% del 2019, que cerró como un año de récord para el turismo emeritense. Se registraron 59.681 pernoctaciones, frente a las 155.182 del ejercicio anterior, una caída del 61%. En la ciudad se alojaron 102.071 personas, lo que supone un 63% menos. El precio medio por habitación baja de los 67 euros de 2019 a 62 en 2020, y el impacto de todos estos datos sobre los ingresos ha sido de 6,7 millones de euros: de los casi 10,5 millones de ingresos generados en 2019 se ha pasado a 3,7 (-64%) en 2020.

De cara a este año 2021 no hay visión de futuro, explica Hernández, porque la situación cambia día a día. Así, el presidente de Ashomer confirma que para el mes de marzo sí hay reservas de fin de semana, pero todas con derecho a cancelación y a la espera de la evolución del covid.