La policía local se emplea desde este lunes a fondo para informar a los padres sobre cómo deben ser los paseos con sus hijos y evitar cualquier riesgo. Lo hace después de que el domingo se incumplieran las directrices marcadas por el gobierno en Macondo, R-66, La Mejostilla y la plaza Mayor. «Es decepcionante», dijo el alcalde, que en su cuenta de Twitter llegó a afirmar: «Está claro que la mayoría cumplimos, pero o cumplimos todos o la vamos a joder».

Así las cosas, la jefatura ya realiza batidas en los barrios donde se congregan más niños en una labor pedagógica e informativa que ha llevado a no realizar controles de vehículos e identificar este lunes solo a 60 peatones y poner únicamente dos denuncias a cacereños que burlaron el estado de alarma al estar en la calle sin causa debidamente justificada, según informó el concejal de Seguridad Ciudadana, Andrés Licerán.

Este cambio de estrategia entra dentro de la lógica si se tiene en cuenta que en la ciudad viven más de 11.000 menores de edad y que si salen acompañados de un miembro de la unidad familiar, más de 22.000 personas han desembarcado. De hecho, las calles empiezan a cobrar ligeramente el aspecto del pasado y un dato es determinante: han vuelto las palomas a la plaza (ya huelen nuevamente las migas de pan).

No obstante, para los que piensen que las cosas se han relajado, nada más lejos de la realidad, teniendo en cuenta que tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia Civil continúan realizando activamente controles de circulación. Donde tampoco bajan la guardia es en el Instituto Municipal de Asuntos Sociales, que en la jornada de este lunes recibió 108 llamadas pidiendo auxilio, con una media de 36 conexiones en cada uno de los teléfonos habilitados, y se han realizado derivaciones y trámites para ayudas sociales urgentes o renta garantizada al Sepe, el Sexpe, al programa Gamer de Cruz Roja, la Fundación Atenea y al Banco de Alimentos. También se han facilitado contactos con personal técnico de vivienda de la Junta para conocer los plazos de las ayudas del alquiler.

El departamento municipal tramitó solo este lunes 15 subvenciones de 7.382 euros en concepto de alimentos, alquiler de la vivienda habitual y gastos de la vida diaria, y una ayuda para farmacia. Es una barbaridad que arroja la delicada situación por la que atraviesan decenas de familias de la capital.

De hecho, el número de ayudas concedidas desde el 24 de febrero hasta ahora han sido 527 por valor de 249.450 euros, de ellas 4.358 euros son para productos farmacéuticos, 520 para alojamiento alternativo y 3.701 para leche maternizada.

En cuanto a las personas mayores, colectivo en riesgo y vulnerable, el día acabó con nueve llamadas, cinco fueron derivadas a Servicios Sociales, una a los voluntarios de Red Cod y tres tenían que ver con la ayuda a domicilio. Tampoco baja la teleasistencia: se realizaron 40 llamadas de seguimiento y se atendieron 16 alarmas, ninguna por emergencia sanitaria.

En este contexto, el alcalde hizo un llamamiento a los empresarios cacereños para que «aguanten el tirón» y recordó que los fondos municipales están sujetos al compromiso de que mantengan al menos la mitad de los puestos de trabajo. «Me preocupa cómo sufren esta crisis las familias trabajadoras y ellas tienen que ser una prioridad. Estoy convencido -añadió Salaya- de que las pymes van a hacer un esfuerzo ingente por mantener los empleos y proteger a sus plantillas, que en ciudades como la nuestra suelen tener vinculaciones durante muchos años y se tejen lazos emocionales». Finalmente, el dirigente socialista comentó que «entre todos tenemos que luchar para que los trabajadores superen la crisis».