Faltan exactamente 19 días para que comience el curso en la región (diez para el caso de las guarderías y Escuelas de Infantil) y la evolución del coronavirus inquieta a padres, a alumnos y a la comunidad educativa. La región sumó ayer 98 positivos más, 21 de ellos en el área de salud de Cáceres, donde el ayuntamiento trabaja con la delegación provincial de Educación para intentar garantizar una vuelta al cole lo más segura posible. En este sentido, la Junta de Extremadura prioriza un comienzo de curso presencial, aunque no descarta que puedan darse, o incluso coincidir, los otros dos escenarios: una educación online o mixta (telemática y presencial). Todo dependerá de la situación epidemiológica que tenga cada municipio.

En el caso de una ciudad como Cáceres el problema se concentra en los colegios donde existe una gran concentración de alumnos, ya no solo por la dificultad para adaptar los protocolos en el interior de las aulas, sino también fuera de ellas. Precisamente para evitar la aglomeración de familiares y para garantizar que se cumplen las medidas sanitarias las Policía Local se encargará de controlar las entradas y salidas de los centros, que tendrán también que escalonar a los alumnos.

Otra de las grandes preocupaciones en la ciudad es la falta de espacio en los colegios saturados para poder realizar desdobles. Según el protocolo elaborado por las Consejerías de Educación y Sanidad, en el escenario de un curso presencial, para los alumnos de hasta 4º de Primaria no será necesario el uso de la mascarilla ni guardar las distancias. Para ellos se ha pensado trabajar en grupos de convivencia estable, los denominados grupos de burbuja. Solo se relacionarán con los de su misma clase y se primará la asistencia únicamente del tutor; es decir, la presencia de los especialistas dependerá de las condiciones de cada centro, entre ellas de los espacios disponibles. Se han determinado además limitaciones para las clases de Educación Física y de Música.

MASCARILLAS Y DISTANCIA / A partir de 5º de Primaria y hasta 4º de ESO será obligatorio guardar una distancia de 1,5 metros y, de no ser posible, será necesaria la mascarilla. Para Bachillerato y Formación Profesional se impone una distancia de un metro y el uso obligatorio de la mascarilla. El protocolo, no obstante, se elaboró en julio por lo que en estos momentos se están perfilando los detalles para adaptarlo a la nueva realidad epidemiológica.

Ante este escenario el Ayuntamiento de Cáceres ya ha puesto a disposición de la delegación provincial de Educación todas sus instalaciones municipales para que puedan ser utilizadas por los colegios para descongestionar las aulas. Por el momento el único centro que hará uso de este recurso ha sido el Castra Caecilia, uno de los colegios más demandados y donde se plantea el problema de la falta de espacio. En este caso utilizará de la guardería de Mejostilla, de titularidad municipal, para poder dar allí las clases de Educación Infantil. Ya está preparado, tal y como avanzó ayer la concejala de Educación, María José Pulido.

PABELLONES, CASAS DE CULTURA,...

Como indica la edil, el ayuntamiento estaría en disposición de adaptar también todas las instalaciones deportivas, las casas de cultura y los centros cívicos ubicados en los diferentes distritos. En cambio por el momento solo se ha solicitado la utilización de la guardería de Mejostilla, el resto de centros educativos no requieren, por ahora, de esta ayuda.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Cáceres intensificará también los servicios de limpieza en los centros educativos para cumplir la normativa sanitaria (las administraciones municipales son las responsables del mantenimiento de los colegios). En los protocolos se exige que en los centros exista una desinfección continuada (antes, por ejemplo, los baños se limpiaban una vez al día). «En el consejo escolar municipal ya se propuso la total disponibilidad del ayuntamiento para coordinarse y colaborar con Educación para que podamos, entre todas las administraciones, dar una respuesta correcta y ajustada a la nueva normativa que el covid-19 nos obliga», añadió María José Pulido.

Preocupación por el autobús al campus

El transporte público hasta el campus universitario también preocupa de cara al comienzo del curso académico. La Línea Campus, Refuerzo Mejostilla y la 3 están siempre saturadas. De hecho en ocasiones los autobuses no permiten la subida de más viajeros en algunas paradas ante la incapacidad de aglutinar a más gente (la mayoría va de pie y hacinada). Esa aglomeración inquieta también a sus usuarios, que reclaman al ayuntamiento que busque una solución para evitar contagios.

Desde el consistorio reconocen que la situación también preocupa y aseguran que ya se está trabajando con la Universidad de Extremadura (Uex) para poder buscar una solución, que pasaría por adaptar las líneas que llegan hasta el campus universitario a los horarios de las facultades. En cambio, aún no ha sido posible realizar las modificaciones porque la universidad no termina de aclarar cómo será el inicio del curso. «Nosotros estamos trabajando ya con la Uex para poder adelantarnos a los acontecimientos, pero como la universidad aún no sabe cuáles van a ser los horarios en este nuevo curso, no podemos concretar los cambios. En cuanto nos informen, podremos concretar las modificaciones», afirman desde el ayuntamiento.

La universidad ya anunció a principios de julio que priorizará las clases presenciales, sobre todo en los primeros cursos, pero siempre y cuando no se supere el 60% del aforo de las aulas, aunque no hay nada en claro de momento. Trabaja también, eso sí, con los ayuntamientos para buscar espacios donde trasladar sus clases.

La situación se complica con la Línea 3, que pasa por el campus pero que también une el centro de la ciudad con el centro penitenciario, la residencia Asistida y el hospital Universitario. Ya de por sí los usuarios de esta línea se han quejado siempre de la saturación que tienen los autobuses, obligando en muchas ocasiones a que personas de avanzada edad que se dirigen al hospital o a la residencia de ancianos viajen de pie. A esto se une ahora la inseguridad que les genera tener que subirse a un vehículo lleno de gente y sin guardar las distancias en plena pandemia.