Desde el primer minuto, los mensajes de José María Ramírez, alcalde de Almendralejo, estaban siendo contundentes, pero aún así los datos de contagios seguían subiendo en la ciudad hasta que la situación de cierre perimetral ha calado hondo entre los almendralejenses. «Creo que desde que hicimos la primera advertencia hubo concienciación, pero no como la que se ha generado ahora. La sensación es que, tras las últimas medidas, la gente está más concienciada y podemos ir viendo los frutos pronto», reflexiona.

Ramírez tiene claro que, en Almendralejo, mucha gente no se ha dado cuenta del problema con antelación. «No puede ser que el consuelo sea decir que hay otras ciudades que están peor. Si en Almendralejo teníamos un índice de incidencia acumulada de 100 contagios por cada 100.000 habitantes y ahora estamos por encima de los 500, es porque sencillamente no estamos nada bien. Sin embargo, tras las últimas medidas, los efectos y datos que estamos manejando nos pueden hacer optimistas de que los contagios pueden ir bajando. Y eso sería una gran noticia».

Pero Ramírez, lo tiene claro:«si bajamos los contagios y se levantan las restricciones, lo que tenemos que hacer es ser responsables de verdad. Si volvemos a las andadas, volveremos a lo mismo, que es lo que ya ha pasado en otros puntos de España».

El primer edil tiene claro que las autoridades han de ser contundentes con las normas y que las fuerzas de seguridad han de ser vigilantes con el cumplimiento de las mismas, «pero son los ciudadanos los que tienen que hacer, a nivel individual, un ejercicio de responsabilidad para que estas normas se cumplan porque no se puede poner a un policía detrás de cada persona. La gente está ahora más concienciada, pero no podemos bajar la guardia en el caso de que los resultados mejoren».

Ramírez ha señalado a este periódico que seguirán vigilando muy de cerca las posibles reuniones o fiestas clandestinas que se hacen en terrenos o naves de la localidad y que se emitirán las sanciones correspondientes.