La vuelta al colegio en Francia de unos 12 millones de alumnos a partir del 11 de mayo está siendo un verdadero quebradero de cabeza para los centros educativos, que se preparan a tientas para el desconfinamiento paulatino a falta de directrices concretas del Gobierno.

Tal y como adelantó hace días el ministro de Educación, Jean Michel Blanquer, la reapertura será escalonada a lo largo de tres semanas y los grupos de un máximo de 15 alumnos pero hay todavía muchos interrogantes sobre fechas concretas y zonas escolares. Lo único seguro hasta ahora es que serán los padres quienes decidan si llevan o no sus hijos al colegio. Es decir, que no será obligatorio.

El presidente Emmanuel Macron anunció el 13 de abril la apertura progresiva de guarderías y colegios de primaria y secundaria a partir del 11 de mayo a pesar de que el Consejo científico que asesora al Gobierno era partidario de esperar a septiembre. En todo caso, el órgano asesor toma nota de la decisión política y ha emitido una larga serie de recomendaciones para garantizar la seguridad sanitaria en los colegios.

Comer en clase

Además de mantener la distancia social y usar mascarilla en el caso del personal docente y los alumnos mayores de 11 años, preconiza que coman en su mesa de clase y organizar las entradas y salidas del aula de manera que no se crucen alumnos de diferentes clases.

Habrá que desinfectar clases y espacios comunes varias veces al día, establecer horarios escalonados para evitar que se formen grupos en la puerta y adaptar el ritmo lectivo para facilitar la distancia (turnos de mañana o de tarde o días alternos). Los padres tendrán que tomar la temperatura del niño cada día antes de llevarlo al colegio y si presentara síntomas en el centro debería abandonarlo.

Los niños tendrán que lavarse las manos con agua y jabón al llegar, antes de cada clase, antes y después de comer y al salir y siempre que se manchen, y secarse con toallas de papel desechable. La nota del consejo científico servirá de base para que el Ministerio de Educación elabore un protocolo sanitario sobre el desconfinamiento escolar.

Una "misión imposible" para el secretario general del SNPDEN primer sindicato francés de profesores, Philippe Vincent. "Si se suman todas las recomendaciones del Consejo sería inviable teniendo en cuenta el estado actual de nuestras capacidades, con un personal que no será del 100%", sostiene.

Creciente desconfianza

El primer ministro francés, Edouard Philippe, detallará este martes en la Asamblea Nacional cuáles son los planes del Ejecutivo para la fase de desescalada y tendrá que aclarar si las mascarillas serán o no obligatorias en los transportes públicos, a quién se le realizarán los test o cómo se procederá en las oficinas, tiendas o talleres que reabran a partir de esa fecha.

El reto es relanzar la actividad económica sin espolear la curva de contagios. Todo en un contexto de creciente desconfianza en la gestión del Ejecutivo porque solo el 39% de los franceses confía en su capacidad para hacer frente de manera eficaz a la pandemia, siete puntos menos que hace una semana, según el último sondeo de Ifop. El covid-19 ha dejado desde el 1 de marzo 22.856 muertos en Francia.