El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, rebajará a la mitad la tasa de terrazas y lo hará a partir del año que viene. El mandatario municipal, en declaraciones a este diario, ha confirmado que cambiará la ordenanza para beneficiar a uno de los sectores más castigados por la pandemia y que junto al del comercio suponen el motor económico de la capital.

Salaya realizó estas declaraciones un día antes de la reunión que hoy tiene previsto mantener con Acabares, asociación que representa a los hosteleros de la ciudad. El gremio, que ayer se reunió con el PP (partido que aprovechando la coyuntura saca tajada), aumenta su presión al gobierno municipal mientras el regidor recordó que en la actualidad la terraza más cara de Cáceres paga 75 euros por mesa al año, es decir, un velador con 10 mesas debe abonar anualmente 750 euros, con lo que a partir del cambio de la ley pasará a pagar 37,50. Los ingresos municipales por este concepto ascienden a 200.000 euros al año.

En este sentido, el responsable municipal insistió en que el ayuntamiento solo puede llegar hasta aquí, porque ayudas de mayor calado deberían correr a cargo del gobierno de España o de la Junta de Extremadura ya que el consistorio no dispone de más fondos. El alcalde defendió que el de Cáceres fue uno de los primeros ayuntamientos españoles en la ampliación del número de mesas y que actuó con diligencia desde el inicio de la pandemia.

Ante la situación excepcional motivada por el covid, una de las reclamaciones fundamentales de los hosteleros pasa por la instalación de cerramientos estables que le hagan salvar el invierno. La ordenanza establece que la estructura debe garantizar la seguridad sin necesidad de apoyo en la fachada del establecimiento ni anclaje al suelo. Algunos hosteleros siguen insistiendo en variar este aspecto de la norma. Otros han solicitado la retirada de bancos, al menos de forma provisional; el alcalde dice que lo primero no se aceptará; lo segundo, sí.

Salaya también explicó que las nuevas estructuras podrán cubrirse con toldos u otro material que no implique obra y que el consistorio estime adecuado. En cualquier caso, los cerramientos laterales deberán ser desmontables o plegables de modo que finalizado el horario autorizado, queden recogidos permitiendo el libre tránsito peatonal por el espacio ocupado. Los espacios cubiertos de forma continua tendrán un máximo de dos cerramientos laterales.

Esta limitación a solamente dos laterales totalmente cerrados es especialmente importante y viene motivada por el cumplimiento de ley antitabaco, así como para que pueda tener la consideración de espacio abierto a efectos de limitaciones del coronavirus. Asimismo, son aspectos fundamentales mantener la accesibilidad de la vía pública, cumplir alturas libres de paso, mantener la estética urbana, limpieza de la vía pública y facilidad de desmontaje por motivos de seguridad.

En cuanto a la estética urbana el artículo 21 de la norma municipal establece que en las áreas peatonales, bulevares, plazas y espacios libres, el ayuntamiento podrá exigir la instalación de mobiliario uniforme para todas las terrazas. A tal efecto, los establecimientos presentarán de forma individual, o mejor conjunta, una propuesta ante el ayuntamiento que decidirá las condiciones técnicas y estéticas más adecuadas. De hecho, en el entorno de la avenida de París, hosteleros trabajan para pedir solicitar al ayuntamiento una autorización conjunta.

Es importante, pues, que los empresarios cuenten con un buen asesoramiento para el adecuado cumplimiento de una norma que respete, por ejemplo, los elementos de climatización: calefactores, humidificadores, aires acondicionados, ventiladores y otros sistemas desmontables que deberán ser debidamente instalado por técnicos competentes, debiéndose presentar certificación de la instalación.

En todo caso en estos espacios se mantiene la prohibición de instalar mostradores o kioscos auxiliares (artículo 22), los elementos auxiliares del servicio deberán mantenerse fuera de zonas de paso de clientes o trabajadores, se eliminarán los productos de autoservicio como servilleteros, palilleros, aceiteras y similares, y se establecerán itinerarios para dirigir la circulación de clientes y usuarios y evitar aglomeraciones en estas terrazas que hoy son centro de la actualidad.