El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha hecho una contundente defensa de los agentes de la policía local y de aquellos vecinos que se quejan por los ruidos porque "ni son unos amargados como he leído por las redes sociales ni hay que demonizarlos".

La polémica crece después de las sanciones que la jefatura ha interpuesto a cacereños que salen a sus balcones a poner música a diario. El regidor ha dicho que se producen quejas de vecinos porque en sus barrios la música a todo volumen se prolonga durante tres horas. Salaya ha comentado que en su justa medida las canciones animan a la ciudad y especialmente a los niños,que sufren estoicamente el confinamiento.

Sin embargo, ha aclarado que cuando se producen estas situaciones, los agentes acuden hasta tres veces al lugar de los hechos. Las dos primeras advierten al infractor de que puede estar cometiendo un delito. Al tercer aviso es cuando multa. La sanción, si se abona a corto plazo, se reduce a 60 euros.

Salaya ha comentado que el perfil del denunciante responde a tres características. En primer lugar se trata de familias de fallecidos, en segundo de familias con enfermos principalmente de covid, y en tercero, de personal que trabaja de noche, sobre todo sanitarios. "Lo que no puede ser es que haya gente que a las ocho salga a aplaudir al colectivo de la sanidad y a los policías y que a las ocho y diez comience a hacer la vida imposible con música a todo volumen, o que cuando lleguen esos mismos policías a los barrios sean abucheados y reciban caceroladas, como ocurrió anoche".

El dirigente municipal ha ensalzado "el trabajo excelente" que se realiza desde la policía local, "que está dando la talla, que en algunos casos han sufrido el coronavirus y que están expuestos a contagios por su presencia en la calle para que esto acabe cuanto antes y se cumpla el estado de alarma". El acalde confión en que "sea la última vez" que se produzcan críticas tan feroces.