Saludos sobrios impuestos por la covid-19, gestos afectuosos, banderas republicanas, vivas al Rey y varias protestas. La jornada de la reapertura de la frontera hispanolusa, tras casi cuatro meses cerrada, dejó algunas pequeñas anécdotas entre la solemnidad del doble acto que acogieron Badajoz y la ciudad portuguesa de Elvas.

La primera la protagonizó Felipe VI, quien, a su llegada a la alcazaba pacense, donde lo esperaba el presidente del Gobierno español, hizo un amago de tender la mano a Pedro Sánchez, aunque enseguida se percató del despiste y la retiró. Sánchez mantenía las suyas a la espalda y enlazadas, quizás para no caer en el mismo error.

La pandemia obligó a que los gestos de afecto entre los mandatarios tuvieran que sustituirse con palabras, como hizo el presidente español con el primer ministro portugués. «No te puedo dar un abrazo...», le dijo a Costa, quien le replicó comprensivo: «claro, claro...».

El centenar de periodistas de España y Portugal acreditados para cubrir el acto fueron los únicos que pudieron ver lo que pasaba en la alcazaba de Badajoz, pues se restringió el acceso al público. Había un amplio despliegue policial en todos los accesos y vallas en las plazas Alta y de San José. En esta última se apostaron dos pequeños grupos de personas: uno con banderas republicanas que, cuando el rey paseaba por la muralla, gritaron consignas como «Mañana España será republicana» o «Viva la República»; y otro, menos numeroso de defensores de la Monarquía, que lanzó varios vivas a Felipe VI.

Coincidiendo con la visita del Rey y Pedro Sánchez, la Plataforma Milana Bonita, en defensa del tren, y Movimiento por la Defensa de la Educación Pública Extremeña (Depex), sacaron sus reivindicaciones a las calles, aunque en ningún caso llegaron a estar cerca de ninguno para que las escucharan. Los primeros reclamaron un tren digno para conectar Extremadura con el resto de España. «Aunque hoy se va a abrir la frontera de Caya, Extremadura no se calla», decía su presidente y portavoz, Juan Carlos López a Efe. También exigieron la reapertura de la «histórica» línea Cáceres-Valencia de Alcántara y denunciaron que se hayan suprimido 15 trenes por la pandemia, cuando en otras ciudades no se ha hecho.

Los miembros de Depex, junto a Podemos Extremadura, reivindicaron la bajada de la ratio por aula, un aumento de la plantilla y la atención a la diversidad. Intentaron acceder a la plaza Alta de Badajoz, pero el cordón policial se lo impidió. A su protesta se unieron otros colectivos como la Asociación 25 de marzo y la Plataforma Pro-refugiados.

En Elvas también hubo protestas: del Partido Ecologista Los Verdes de Portugal, que pedía el cierre de la Central Nuclear de Almaraz; y el colectivo Pro-Toros, que exigía que se vuelvan a permitir las corridas en el país vecino. Cerca de ellos, tras unas vallas, un grupo de vecinos llamaron la atención al Rey y al presidente de Portugal, que, saltándose el protocolo, se acercaron a saludarlos y a charlar con ellos unos minutos. «Viva el Rey de España» y «guapo, guapo» fueron algunos de los piropos que le dedicaron a Felipe VI.