Si hay algo que conserve la feria de Cáceres desde sus raíces es su relación con el ganado. De hecho, según anotan los cronistas, su origen se remonta a la época de Alfonso IX, donde el Fuero de Cáceres ya recogía aquellos intercambios comerciales entre ganaderos. No obstante, fue en 1896, el mismo año en el que se inauguró el icónico paseo de Cánovas, cuando se celebró la primera Feria de Mayo. Su fecha tiene más que ver con el azar que con la devoción de la ciudad por San Fernando y su primera ubicación fue en El Rodeo, más tarde en Los Fratres, y finalmente, desde hace casi treinta años ya, el ferial.

Desde entonces, llueve o diluvie, nunca ha dejado de celebrarse. Era una de las citas más antiguas de la región y su concurso de hípica, con más de 75 años, el más antiguo del país. Paradójicamente a la modernización, la tradición ganadera con la que nació la feria cacereña quedó en el olvido. Fue la Asociación de Amigos del Parque del Príncipe la que decidió rescatarla hace más de una década y desde entonces el recinto hípico acoge a decenas de ganaderos equinos que llegan de la región para mostrar sus mejores ejemplares. «Hoy estaríamos allí, con el día tan bueno que hace», reconoce con cierta nostalgia Matías Simón, uno de los organizadores de la cita, que este año no ha podido celebrarse debido a la crisis sanitaria y que tendrá lugar previsiblemente, tal y como anunció el ayuntamiento, en septiembre, por San Miguel.

El propósito de recuperar la «feria tradicional», asegura el organizador, fue subrayar su importancia, ya que «era el sustento de muchas familias entonces», y recalcar el valor de conservar los usos y las tradiciones locales. Aparte del concurso y actividades con los animales, la cita ofrece también a los más pequeños talleres de herraje, de esquileo y de útiles del campo. «La recuperamos para intentar para que fuese un punto de encuentro entre los ganaderos que quedan y la gente de la ribera», anota. «Sin el campo no somos nadie», asegura mientras recita a Gabriel y Galán y emplaza a los cacereños a la vuelta del verano.