El personal sanitario pide que se reserve a parte de la plantilla para prevenir contagios y así poder contar con ellos en caso de que más adelante fuera necesario. Una orden de la autoridad sanitaria obliga a todo el personal médico y de enfermería a permanecer en sus puestos de trabajo en los hospitales de la región ante la situación de alerta sanitaria. Tal y como aclara el Servicio Extremeño de Salud a este diario (SES) es una exigencia «que debe cumplirse» porque «necesitamos la disponibilidad de todos los profesionales ante la contingencia actual», por tanto, añade, «todos deben estar disponibles ante la evolución de la epidemia».

Los facultativos son conscientes de la situación de alerta sanitaria por la pandemia del coronavirus pero plantean a la administración reservar a parte de esa plantilla en aras de prevenir contagios masivos por el covid- 19, así como de evitar que otros muchos sean puestos en cuarentena. Lo que buscan con esta petición es tener disponible a la mayor parte de los profesionales en caso de que la situación se desborde en la región ya que, según los expertos, el pico de contagios aún no ha llegado.

Propuesta

En realidad lo que proponen es que algunos servicios que en estos momentos tienen un bajo volumen de trabajo debido a que se ha suspendido la mayor parte de la actividad (operaciones quirúrgicas programadas y consultas que no son de urgencia se han aplazado hasta que todo esto termine), envíen a parte de sus profesionales a casa, para protegerles y que estén sanos cuando se les requiera. En algunas de estas áreas (como pueden ser Traumatología, Urología,…) aseguran que pasan la mayor parte de la jornada «cruzados de brazos» puesto que no hay consultas ni casi personas hospitalizadas.

El problema es que, en sus guardias, atienden además de consultas y visitas a los pacientes en planta, las Urgencias. No consideran una medida efectiva exponer a todo el personal al contagio cuando estiman que en estos momentos ese trabajo podría realizarse, en muchos casos, hasta con la mitad de la plantilla, e incluso menos. «Si obligamos a ir a todo el mundo a trabajar, todos están en el hospital, que es el principal foco de infección. Lo que queremos es evitar una pandemia entre los sanitarios», afirma un facultativo del Hospital de Mérida que prefiere no dar su nombre. A finales de febrero registró un escrito en la gerencia proponiendo una nueva organización de las plantillas en previsión de que la pandemia acabara llegando a Extremadura, como así ha ocurrido.

Dice que hay especialidades que solo están atendidas por dos profesionales en toda la región, como pueden ser los perfusionistas cardíacos. Si a los dos se les expone al contagio, Extremadura corre el riesgo de quedarse sin facultativos en algunas unidades de importancia vital, asegura. «Hay que ponerse en lo peor de lo que pueda ocurrir, como en las operaciones», advierte.

Lo mismo ocurre con el personal de enfermería, a las que se cambia de planta a planta dependiendo de las circunstancias. «A las de quirófano se las pasa a planta pero si se contagian ¿quién va a intubar, el celador?», reprocha.

En este sentido, el sindicato de enfermería Satse comparte esta postura, pero siempre y cuando a los profesionales que se envíe a casa se les realice antes la prueba para conocer si están o no infectados. Su representante en Cáceres, Javier Rubio, cree que es una buena alternativa reservar a los profesionales pero añade que sería necesario hacerles a todos el test ya que muchos, a pesar de no tener los síntomas, pueden haber contraído el virus y continúan trabajando en sus puestos con el riesgo propagar el virus.