La unidad de Neumología del hospital San Pedro de Alcántara ha sido una de las más afectadas por la pandemia. Gran parte de sus especialistas se contagiaron, por lo que el servicio quedó fuera de combate en mitad de esta crisis sanitaria. Uno de ellos fue el jefe de esta unidad, Juan Fernando Masa, que ya se ha recuperado. Se reincorporó al trabajo la semana pasada y aprovecha las tardes para estudiar todo lo relativo a este virus, del que sigue habiendo muchas incógnitas. Una de ellas, afirma, es cuándo estará disponible la vacuna. Está convencido de que, hasta que no se desarrolle, seguirán las medidas de confinamiento para evitar otro colapso en la sanidad.

-¿Cómo se encuentra?

-Ya bien. He estado en casa y los síntomas han sido los habituales de un catarro: tos, dolor de cabeza,… Otros compañeros han tenido más fiebre y tres estuvieron ingresados.

-La de Neumología ha sido la unidad más afectada, se contagiaron casi todos los especialistas,…

-Al principio sí. Nos contagiamos muy pronto pero no es de extrañar porque en esa época ya había en Madrid casos. Aquí hay mucha gente que va los fines de semana a Madrid y nosotros teníamos las consultas abiertas, así que lo lógico es que un paciente que fue a Madrid se contagió, vino a nuestra consulta en esa semana, le exploramos y contagió a uno de nosotros. Y ese nos contagió a los demás. Nos infectamos la mayor parte, de los adjuntos solo quedaron dos no y de los residentes se contagiaron la mitad. El servicio se quedó fuera de combate pero nuestras enfermeras han seguido, con el apoyo de otras especialidades, al pie del cañón sin tenernos a nosotros.

-De hecho el servicio ha querido reconocer públicamente ese trabajo de enfermeros, auxiliares, celadores, limpiadores,…

-Los primeros 15 días fueron dramáticos en todos los hospitales, no se tenían EPIS, a veces ni si quiera mascarillas y la gente tenía que usar lo que podía para protegerse, pero aquí y en todos sitios. Todo esto ha causado un estrés acumulado. Además hubo tres neumólogos ingresados y los atendieron ellas. El trabajo de las enfermeras ha sido impresionante y les queríamos agradecer que han estado al pie del cañón con pocos medios y temiendo por sus familias. Es importante que al personal sanitario se le hagan los test rápidos, sobre todo para saber si puedes o no contagiar.

-El reconocimiento a las enfermeras se está haciendo ahora más que nunca…

-Los médicos tenemos que ver el tratamiento, las constantes, los resultados,… En definitiva, manejar la enfermedad. Pero el aspecto más humano lo llevan ellas porque están mucho más en contacto con el paciente. Les levantan el ánimo, les cuidan, son pacientes que están solos. Nosotros esto lo vemos de pasada pero alguien se lo tiene que reconocer.

-Quizá esto ha servido para unir a todos los sanitarios…

-Sí, sin duda. Como en todas las profesiones, cada uno mira más hacia su especialidad. Ahora no, ahora todos trabajamos en equipo y da igual médico, enfermera, auxiliar, celador, limpieza,… Todos trabajamos al unísono y hay un ambiente muy bueno.

-¿En qué situación se encuentra ahora la planta?

-La semana pasada estábamos a tope pero en esta semana vamos ya notando una disminución de los ingresos, incluso también en la Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) y en la UCI. Se nota un pequeño refresco, de hecho hay una cama libre en la UCRI cuando hasta ahora, cuando salía uno, ya estaba esperando otro para entrar. Tenemos miedo de que ahora que se ha vuelto al trabajo pueda haber otro repunte. Aunque entiendo que hay otros intereses, como el aspecto económico, en el que trambién hay que pensar.

-¿Cuándo calcula que terminará la pandemia?

-La gran incógnita es qué pasará a lo largo del verano y a lo largo del otoño. Si miramos el otro hemisferio, que está en otoño ahora, también tiene casos, quizá no con la virulencia que aquí, pero el escenario más previsible es que en otoño tengamos pequeñas oleadas. Hasta que no tengamos una vacuna esta enfermedad va a convivir con las otras enfermedades respiratorias.

-¿Esas oleadas podrían volver a colapsar los hospitales?

-Creo que serán menores porque el confinamiento se adaptará un poco en función a esto, son muy importantes las medidas de contención que se apliquen, todo va a depender de ello. Y, por otra parte, si seguimos la historia de los virus respiratorios, realmente tienen los repuntes más en invierno, por esta razón lo más probable es que en otoño haya repuntes pero el virus quizá no esté tan virulento como ha estado en invierno. Además ya habrá personas que se habrán inmunizado. Todo esto son previsiones que se manejan, ya que de momento no existen estudios científicos.

-¿Generamos anticuerpos?

-Sí, está demostrado, lo que no sabemos es cuánto tiempo duran, depende del tipo de virus. Por ejemplo, en la gripe no dura de un año para otro, por eso nos vacunamos cada año; pero sin embargo en otros coronavirus (epidemias del SARS y MERS) duran dos años o más. En este aún no lo sabemos, si fueran dos años sería esperanzador porque antes tendremos la vacuna.

-¿Cuándo estima que podría estar lista una vacuna?

-Se está trabajando mucho y hay esperanzas fundadas de que la vacuna se desarrolle. De hecho creo que se van a desarrollar diferentes vacunas. Aunque tardará, porque el proceso es largo hasta que estemos seguros de que lo que vamos a aplicar es eficaz y no causa efectos secundarios, es decir, que los beneficios superen a los riesgos. Todo esto hay que probarlo en pacientes durante un tiempo prolongado. Creo que estará disponible lo más probable al año que viene.

-Sin vacuna, ¿habría que mantener las medidas de contención?

-Esta es una enfermedad nueva para todos. No existen estudios importantes y por tanto no tenemos claro cuáles son los tratamientos eficaces, cuál va a ser la evolución,… todo es una incógnita. Por eso hay que ir viendo cómo van resultando las medidas de confinamiento y de desconfinamiento. Está claro que hay que balancear la salud, que es lo primero, pero también hacer balance económico. Todo esto hay que ponerlo en juego, por eso creo que ahora poco a poco hay que ir haciendo pruebas. Pero medidas, hasta que tengamos la vacuna, seguro que va a haber.

-¿Llegó a pensar en algún momento que la pandemia afectaría a España?

-Creo que nadie lo pensó, a todos nos ha pasado lo mismo. En otras epidemias o pandemias como el SARS, el MERS, el ébola o la Gripe A hubo mucha afectación en otros países, en los orientales fundamentalmente, y a nosotros casi no nos ha llegado nada,… En la Gripe A se hizo un gasto enorme de material que no se usó para nada. En esta ocasión todos hemos pensado que no nos iba a llegar pero este virus era diferente y nos ha llegado de pleno. Creo que debíamos haber estado un poco más preparados, pero es comprensible que haya pasado esto.

-¿Cómo ha cambiado todo esto la asistencia en el área de salud de Cáceres?

-Lo ha cambiado todo. El hospital San Pedro de Alcántara está casi para el coronavirus y los neumólogos y los especialistas en Medicina Interna estamos a ‘full time’ en la enfermedad.

-El virus afecta poco a los niños

-No solo a los niños, sino también a los más jóvenes, pero no se sabe a ciencia cierta porqué. Lo que sí se sabe es que los niños son los que más han podido transmitir de forma asintomática.

-¿Cómo se trata la enfermedad?

-Está el tratamiento farmacológico, sobre el que hay muchas dudas. Es un virus nuevo y no se sabe qué tratamiento es efectivo, así que lo que se hacen son extrapolaciones. Se están aplicando fármacos que eran efectivos en otros coronavirus o fármacos que se ha comprobado en laboratorio que son efectivos en este coronavirus., pero no hay certeza de que estos medicamentos son efectivos clínicamente. También ponemos soporte respiratorio para mantener en funcionamiento la respiración hasta que la enfermedad desaparece. O los tratamos en la Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI).

-Estas unidades de cuidados respiratorios están siendo clave en la pandemia porque ayudan a descongestionar las UCIs…

-En la Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) usamos el oxígeno utilizando un sistema que produce un flujo elevado, que provoca que el pulmón se haga más grande para que recuperemos alveolos (que intervienen en el intercambio del oxígeno). Lo que se consigue es que el oxígeno se transporte a la sangre de una forma más eficaz. También se utiliza una ventilación no invasiva, parecida a la de la UCI, pero con el paciente despierto y sin introducir un tubo dentro de la tráquea. La de la UCI es más eficaz pero la propia intubación ya causa problemas, así lo que intentamos es no llegar a eso. La UCRI es fundamental para que la UCI no se colapse.

-¿Cómo está viviendo este virus profesionalmente?

-Es una especie de reto para nosotros, es una enfermedad nueva de la que conocemos poco. Intentamos probar tratamientos para aliviar a los pacientes. Estoy ilusionado. Los pacientes están muy mal y mejorarles es la misión de los médicos, ahora estamos haciendo de médicos más que nunca.

-Hay mucha gente que se está quedando en el camino, ¿cómo se gestiona eso?

-Eso tiene difícil gestión. Hacemos lo que podemos pero nos encontramos con las limitaciones de la enfermedad, de la edad de los pacientes, de las patologías previas,… La lucha está entre la carga del virus y las defensas y nuestras defensas van bajando con la edad. Uno de los factores de riesgo que se han identificado es una edad mayor de 60 años.

-Vemos la alegría de los sanitarios cada vez que se le da el alta a un paciente. ¿Es algo que ya ocurría en los hospitales con los enfermos o es que este virus ha tocado más la fibra sensible?

-Esto es ahora porque estos pacientes están mucho tiempo en el hospital, más que otro paciente, por lo que el vínculo con ellos es muy estrecho. Y además están sin familiares, solos. A lo que se suma esa fraternidad que ha unido a los sanitarios.