La pandemia lo ha puesto todo patas arriba, especialmente la sanidad. La actividad asistencial habitual de los centros de salud y hospitales extremeños quedó limitada durante los momentos más duros de la crisis a atender los pacientes afectados por el covid-19, así como a las patologías graves y de urgencia. Se suspendieron muchas de las citas y cirugías programadas para dedicar todos los esfuerzos a luchar contra el coronavirus y a evitar su propagación.

«La pandemia ha tenido un impacto importante en la actividad ordinaria de todo el sistema, especialmente en los hospitales», valora Vicente Alonso, director general de Asistencia Sanitaria del SES. Según sus datos, entre el 15 de marzo y el 15 de mayo se han atendido 170.000 consultas (el 60% de la actividad habitual), se han realizado 4.000 intervenciones quirúrgicas (al 40%) y más de 97.000 pruebas de todo tipo (el 35%). Pero ahora, ya pasada la curva y con la pandemia en descenso, el sistema sanitario extremeño está volviendo a recobrar poco a poco el pulso. «Ya estaremos en torno al 70% o el 80% de la actividad habitual», señala.

Esa asistencia habitual empezó a recuperarse a partir del 20 de abril con la puesta en marcha del plan de normalización de la actividad sanitaria en el SES que todavía se mantiene y plantea una vuelta a la nueva normalidad progresiva y distintas medidas para garantizar la seguridad de los pacientes y de los profesionales. «No se puede volver de manera brusca para intentar minimizar el impacto que pueda tener el covid de nuevo en los centros sanitarios». ¿Cuándo se llegará al cien por cien? «Probablemente para el mes que viene estaremos en niveles cercanos al 100%, pero teniendo en cuenta que hay determinadas cuestiones que no las vamos a llevar al 100% por prudencia». Se están evitando las salas de espera saturadas citando a los pacientes de forma más espaciada y también se mantienen circuitos diferenciados, «de tal manera que si llega un paciente con sospecha de infección respiratoria se toman unas medidas de protección determinadas. Esto de alguna manera dificulta la atención ordinaria».

CIRCUITOS ESPECÍFICOS / No obstante, aunque la actividad se recupere en torno al 90% en junio, el plan de normalización se seguirá aplicando para dar garantías y no se descarta implantar consultas de tarde. «Vamos a mantener en los centros circuitos específicos para pacientes covid y todos los dispositivos que hemos puesto de manera adicional para que en caso de rebrote en menos de tres días podamos activar todo inmediatamente. Si tuviésemos un brote importante estamos en disposición de parar otra vez la actividad ordinaria y volver a poner en marcha el despliegue que hicimos en su momento en un plazo muy razonable de tiempo».

Alonso apunta que otra de las lecciones aprendidas en esta crisis es el potencial de la vía telemática (e-consultas, e-diálogos, consultas telefónicas y videoconsultas). «Durante los dos primeros meses ha sido bastante efectivo el uso de las consultas no presenciales para cosas que no son trascendentales como seguir un tratamiento o dar el resultado de una analítica», sostiene. Y por eso se está potenciando. De hecho, a partir de hoy, «el 100% de los profesionales de nuestro servicio de salud tiene la posibilidad de hacer videollamadas o teleconsultas a través de la estación clínica de trabajo, es decir, que cualquier especialista, médico de familia o enfermero de Atención Primaria puede contactar con sus pacientes de esta manera y queda constancia en los sistemas de información».

ANULACIONES / Esta atención a distancia ha contribuido también a evitar que se anulen más consultas de las deseadas, ya que Alonso reconoce que más usuarios han pedido aplazar citas e incluso, durante las primeras semanas se detectó que a los pacientes les daba miedo acudir a los hospitales y cuando llegaban lo hacían ya con patologías graves bastante descompensadas. «Nos preocupó mucho al principio porque veíamos que la gente no iba a urgencias con la misma frecuencia ante situaciones graves de infarto, ictus y otras patologías graves. Tuvimos que insistir a través de nuestros profesionales y de las intervenciones del consejero para llamar a los ciudadanos a que no se quedaran en casa si sufrían un dolor en el pecho». Pero a medida que la curva de la pandemia fue descendiendo, estas otras asistencias normalizadas comenzaron su particular ascenso y el SES anima a acudir a las citas consideradas por los profesionales porque se está velando por la seguridad.

Entre esas medidas recogidas en el plan de normalización, destaca un protocolo específico que contempla un cribado médico para conocer si el paciente ha tenido síntomas compatibles con el covid o posible contacto y un segundo cribado para cribar si es portador o está infectado. «Se hace por precaución, sobre todo antes de las intervenciones, para evitar riesgos tanto para el paciente como para los profesionales». Alonso reconoce que la sanidad ha vivido una situación muy difícil, «hemos aprendido a fuerza de palos, pero ahora estamos mucho más preparados. Además, antes de declarar el estado de alarma ya teníamos planes de contingencia y eso nos ha dado un aval adicional para controlar la epidemia. Aun así, profesionalmente ha sido la época más dura porque no había evidencias de tratamientos, en cada paciente había que tomar una decisión de medicamento, de volumen de oxígeno… Ha sido muy duro y los profesionales se han batido el cobre».