"Cuando zarpa el amor, navega a ciegas es quien lleva el timón. Y cuando sube la marea al corazón", canta Camela, y detrás de la pantalla, enfundado en una peluca y con sus gafas imposibles, aparece Coke Bermejo, hostelero cacereño, siempre solidario con las causas difíciles.

Coke es responsable de Nebbia, el bar de La Madrila Alta, donde los domingos celebraban bingos y los fines de semana organizaban actuaciones musicales. Aquí, todos los días enarbolaban la bandera del amor en libertad, y los clientes, una gran familia, bailaban y reían antes de que nos atacara la pandemia.

Pero Coke no quiere que el espíritu Nebbia muera. De manera que cada sábado organiza un vídeo en directo a través de la red social de facebook, al que se suman cientos de cacereños, que lanzan emoticonos, frases de ánimo y millones de corazones.

Entonces Coke pone a Rafael, y a Rafaella (claro), y a Marisol, y a la mítica Yuri, de esa época en la que en este país aún teníamos tocadiscos y la mexicana cantaba "Este amor no se toca, no insistas porque yo te negaré mi boca..." Y luego llegan Soraya, nuestra extremeña de Valencia de Alcántara, y Laura Trevi: "Y todos me miran, me miran, me miran, porque sé que soy linda, porque todos me admiran".

Carcajadas virtuales se suman a la fiesta y Cáceres no pierde el espíritu madrilero pese al confinamiento. En esas, aparece una bella señorita de metro ochenta, pelo cardado y labios poderosos. Cuelga su foto en el sarao y, con una gracia inigualable, aclara: "En el fondo me llamo Manolo".