En las últimas 24 horas, siete ancianos han fallecido en la residencia madrileña Doctor González Bueno, situada en la carretera de Colmenar, a 13 kilómetros de la capital, según informan trabajadores del centro.

Durante la mañana de este miércoles, los coches de los servicios fúnebres han ido llegando en goteo para recoger los cadáveres y llevárselos a distintas morgues de la ciudad.

La residencia González Bueno tiene un número no oficialmente cuantificado de contagios entre los usuarios, en su mayoría ancianos de muy avanzada edad, con varios centenarios en sus habitaciones. Entre el personal también se han producido varios positivos por coronavirus, según fuentes del centro.

Las técnicas sanitarias de la residencia se turnan en sus labores en medio de una enorme tensión y temor desde hace ya más de una semana, cuando los primeros casos empezaron a manifestarse entre los inquilinos.

La Unidad Militar de Emergencias, cuyos soldados llevan ya 500 residencias desinfectadas, aún no han pasado por allí. Su limpieza está programada, precisamente, para este miércoles, según la previsión de trabajo expuesta en la Operación Balmis.

Esta residencia madrileña tiene capacidad para 600 usuarios, de los que habitualmente 400, de media, son grandes dependientes. Es uno de los destinos más temidos por las técnicas sanitarias de la Comunidad de Madrid. En 2017, sus trabajadores, la mayoría mujeres, formularon una denuncia pública por su "estrés contínuo", debido a la gran cantidad de ancianos y el escaso personal: de noche, una enfermera y ocho auxiliares para la que resulta ser una de las residencias de ancianos más grandes de Europa.