Las soluciones para acabar con consenso las categorías no profesionales del fútbol no llegan. Más bien al revés: las diferentes fórmulas puestas sobre la mesa por los clubs en las territoriales han desembocado en una ‘guerra de guerrillas’, con tensiones más o menos soterradas entre ellos, que no auguran un final pacífico. Hasta la próxima semana no habrá, en principio, noticias oficiales, y para ello todo girará en torno a la evolución de la crisis sanitaria que todo lo condiciona.

La consecuencia que planea en el ambiente, la declaración de la finalización de las ligas por el Consejo Superior de Deportes o por ende el Gobierno, está ganando cuerpo, sostuvieron distintas fuentes consultadas por este diario. El carácter no profesional de la Segunda B o la Tercera conduciría a ello, ya que el régimen es diferente a las competiciones sí legalmente profesionales: Primera y Segunda en fútbol y la ACB en baloncesto. En este caso, aquí sí está virtualmente asegurado, sea cuando sea, que las competiciones se acabarán con torneos express, de una u otra forma adaptados para ello.

En Segunda B hay varios bandos: los que quieren la creación de una nueva categoría, incluso con dos grupos, y que formarían 20 clubs cada uno. Entrarían, dentro de la propuesta que apoyaría el Badajoz, los diez primeros de cada grupo.

A todo ello se oponen los clubs que no están en esas posiciones, entre ellos Don Benito y Mérida, por considerar que no se puede terminar una competición con diferentes reglas a las que se iniciaron, y más de forma tan abrupta. En lo único que están de acuerdo es en que no habría descensos, pero al mismo tiempo tanto esos clubs como los de Tercera considerarían esa categoría otra manera de bajar un escalón en el fútbol nacional.

Durante los últimos días se han sucedido diferentes reuniones telemáticas a diferente nivel, y en todo ello se ha percibido el mismo ambiente, lejano a un entendimiento.

En Tercera el caballo de batalla es qué equipos disputarían esa fase de ascenso, algo que no está tampoco claro, ni mucho menos. Pero todo, en cualquier caso, tiene dos factores absolutamente decisivos: el mando del Consejo Superior de Deportes y, sobre todo, cuándo y cómo se puede volver a competir.