Cuando se pueda garantizar la seguridad de los que se encuentran delante, encima y detrás del escenario. Ese será el momento en el que podrá retomar su actividad el teatro López de Ayala de Badajoz. Su director, Miguel Murillo, se niega a aventurar una fecha de reapertura, «porque sería una barbaridad», pero ya están preparando el protocolo de seguridad que establezca la autoridad sanitaria, a partir del borrador de la Red de Teatros Públicos de España, que contempla las medidas que hay que ir tomando.

En teoría, los teatros pueden abrir con un tercio de aforo, pero adoptando medidas de seguridad y limpieza, que serán el primer paso. Los condicionantes para retomar la actividad son prolijos: «Una vez que todo esté perfectamente seguro y de que no haya riesgo para nadie, ni para el artista, ni para el personal que trabaja en el teatro, ni para el espectador y, por supuesto, haciendo cálculos para que la rentabilidad del espectáculo con un tercio de aforo sea viable y también que las compañías que tengan que venir de otras provincias puedan moverse, porque ese es otro problema», detalla el director del López. Lo prioritario, en su opinión, más que el aforo y la rentabilidad de la función es «garantizar la plena seguridad del que acuda al teatro con las medidas puestas en marcha». Sin este requisito previo «es muy loco aventurarse a buscar una fecha de apertura».

Los únicos plazos que tiene Murillo sobre la mesa son los de trabajar en el protocolo de seguridad. Tiene claro que hay que contratar una empresa de desinfección y de mantenimiento de los espacios comunes. A partir de ahí serán muchas las circunstancias a analizar. Como el uso de la terraza del teatro, con programación propia en cuanto llega el buen tiempo y que podría ser un espacio a tener en cuenta reduciendo el aforo, pero plantea el problema de que el acceso es en ascensor. «Todo eso es lo que estamos estudiando ahora. Vamos a dedicar este tiempo, por lo menos todo el mes de mayo a ir poniendo en pie ese tipo de medidas», insiste Murillo.

El director del López apunta dos aspectos «que son complicados». Uno corresponde a la distancia social entre los actores, pues tanto en obras de teatro como en conciertos, la separación es mínima y en estos momentos tiene serias dudas sobre cómo se puede resolver. En cuanto al público, está en un recinto cerrado, tiene que disponer de aseos, que deben estar limpios al entrar y, al salir, volver a desinfectarlos. «Esto se puede hacer pero hay que saber la técnica para hacerlo y garantizar que se hace», añade. Otros ámbitos que presentan dificultades son los espacios comunes, los camerinos, la carga y descarga y el personal que llega de fuera y que en el teatro no conocen. Habrá medidas como colocar alfombras desinfectantes que considera sencillas, «pero el movimiento y el contacto de personas es lo que difunde la enfermedad y eso es lo que tenemos que garantizar». A pesar de todas las dudas, Murillo añade que hay tiempo para estudiarlo «y una vez que lo sepamos, podremos abrir con todas las garantías».

Trabajo no les falta en estos momentos, modificando fechas de los espectáculos previstos en función de los distintos plazos que se van marcando. «Tenemos que suspender según se extiende el estado de alarma, para que sea oficial, por causa mayor», pues el teatro no podría hacerlo por su cuenta.

Ahora que se está hablando de las condiciones para celebrar el Festival de Mérida, Murillo no tiene claro en qué condiciones, pues necesita los ensayos de sus producciones. «Lo veo muy difícil, pero ojalá por el bien de la cultura y de Mérida y de las compañías de teatro se pueda hacer». Sin embargo, apunta que da igual al aire libre o una sala cerrada: «se tienen que abrir cuando la seguridad frente el virus esté garantizada y si queda un fleco no se puede, porque podemos causar daño a personas que han acudido confiadas».

A pesar de todas las preguntas sin respuestas, Murillo es optimista y se muestra confiado en que la actividad regrese el López lo antes posible «porque no partimos desde cero, estamos entrenados, tenemos una oferta cultural estable y esto es coyuntural, una circunstancia que nos afecta a todos y tenemos que salvarla», Así, el director tiene muchas esperanzas en que en octubre el Festival Internacional de Teatro se desarrolle sin ningún problema y con anterioridad se hayan ofrecido ya espectáculos, quizá no con todo el aforo, o tal vez sí, «y en eso estamos trabajando».