No habrá procesiones, ni imágenes recorriendo las calles de Trujillo, ni puesta a punto de hábitos. Tampoco olor a incienso, ni templos llenos de gente. Sin embargo, la ciudad celebrará esta particular Semana Santa a puerta cerrada y desde el templo de San Martín de Tours, en plena plaza Mayor a través de las celebraciones litúrgicas propias de este periodo.

Así lo ha manifestado Eugenio Albalate, párroco de dicho templo, que ha hecho especial hincapié en los momentos tan duros que la sociedad está viviendo y la necesidad de llevar a cabo la celebración del triduo pascual, a pesar de que se omitirán partes que no pueden realizarse sin gente.

En el caso de Trujillo, además, estas celebraciones se retransmitirán a través de Televisión Trujillo, la televisión local y el canal de Youtube de TV Actualidad, “con el fin de que los vecinos puedan vivir de una manera más cercana esta atípica Semana Santa”, comenta Albalate.

Así, el Jueves Santo, a las seis de la tarde, tendrá lugar la eucaristía de la Cena del Señor y el Viernes Santo, a la misma hora, se celebrarán los Santos Oficios. De la misma manera, el Sábado Santo se desarrollará la Vigilia Pascual, a las ocho de la tarde y al día siguiente, la eucaristía de Resurrección, que será a las doce del mediodía. “Las campanas sonarán todos los días, excepto el Viernes Santo y lo harán de forma especial el Domingo de Resurrección, para anunciar que se está celebrando el misterio de la fe y hacer una llamada de unidad espiritual”, dice Albalate.

De forma similar está actuando José Blanco, párroco de Huertas de Ánimas, que el pasado domingo bendijo los ramos desde la puerta de la parroquia de San José y cada sábado anima a los vecinos a salir a sus balcones a las nueve de la noche con una vela para entonar la salve a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad y así pedir por que la pandemia finalice cuanto antes.

Tanto Albalate como Blanco coinciden en que el momento que se está viviendo es de extrema dureza, que se ve aun más marcada en el caso de los fallecimientos que se están sucediendo en la ciudad en las últimas semanas. “Es deshumanizante no poder acompañar a las familias y únicamente rezar una oración por el alma que se marcha”, comentan.