Abundan las banderas de Estados Unidos y las gorras rojas del Make America Great Again. Algunos van armados con pistolas y rifles semiautomáticos. Hay insignias del Tea Party y símbolos confederados de los años del racismo institucionalizado. No llevan máscaras para protegerse y todos creen que se están pisoteando sus derechos.

Las protestas contra las restricciones estatales decretadas para contener la propagación del nuevo coronavirus se están expandiendo rápidamente por Estados Unidos para reclamar que se reabra la economía. Un movimiento que cuenta con poderosos aliados, empezando por el presidente Donald Trump, que ha espoleado las manifestaciones desdeñando las recomendaciones de su propio Gobierno para mantener la distancia social.

El griterío recorre los parlamentos estatales y las mansiones de los gobernadores, insensible al sufrimiento que el covid-19 está provocando por toda la geografía de EEUU, el país con más casos documentados del mundo, unos 715.000. En estados como Ohio o Virginia las protestas apenas han reunido a un centenar de personas, pero en otros como Michigan los manifestantes se contaban por millares.

En su capital no solo tomaron el miércoles las afueras del parlamento estatal, sino que llegaron a bloquear el paso de una ambulancia y a obstruir las entradas de un hospital. "Es hora de que nuestro estado reabra. Estamos cansados de no poder comprar las cosas que necesitamos y de no poder ir a la peluquería", le dijo una mujer a Fox News. No fue el único argumento peregrino que se escuchó entre la preocupación generalizada por el impacto de los confinamientos en la economía. Otro hombre se quejaba de no poder comprar fertilizante para el césped.

Parecido al Tea Party

El movimiento de protesta, que se ha extendido a una veintena de estados, tiene rasgos muy similares a aquel Tea Party que arraigó en los primeros años de la presidencia de Barack Obama, un batiburrillo de extremistas conservadores, activistas antigubernamentales y milicias paramilitares. Y tanto antes como ahora, cuenta con ilustres padrinos.

Las protestas en Michigan fueron organizadas por un grupo financiado por la familia de Betsy DeVos, la secretaria de Educación de Trump y una de las grandes fortunas del país, según The Guardian. La de Tejas de este sábado, convocada bajo el lema No se puede cerrar América, la puso en marcha uno de los locutores de Infowars, un portal que trafica con teorías conspiratorias y que ha estado diciendo que el colapso de los hospitales neoyorkinos es "propaganda" o que el coronavirus es una estratagema del Partido Comunista chino y las cloacas del Estado en Washington para destruir a Trump.

Los confinamientos en EE UU son mucho más laxos que los decretados en algunos países europeos. Ni siquiera en los estados más estrictos hay controles policiales ni hay que salir a la calle con justificantes escritos. La gran mayoría de los estadounidenses los apoya en las encuestas, pero Trump y sus aliados no ven en ellos más que una amenaza para su reelección en noviembre porque la factura económica está siendo brutal, con unos niveles de paro cercanos a la Gran Depresión del siglo pasado. Y el presidente ha encontrado en las algaradas un argumento para presionar a los estados para que reabran cuanto antes, unos que están marcando los tiempos ante la ausencia de una estrategia integral del Gobierno federal.

Este mismo viernes, poco antes de que se batiera el récord de víctimas por el covid-19 (4.591 en solo 24 horas) y poco después de que presentara su plan de reapertura, Trump espoleó las protestas pidiendo a los manifestantes que "liberen Minnesota, Virginia y Michigan, tres estados gobernados por los demócratas. De los estados conservadores no dijo nada. Unas palabras que le han valido un aluvión de críticas. "El presidente está promoviendo comportamientos peligrosos e ilegales y poniendo a millones de personas en peligro de contraer el covid-19", dijo el gobernador de Washington, Jay Inslee.

En las cloacas de internet sus seguidores lo interpretaron como un llamamiento a las armas. "Nosotros el pueblo deberíamos abrir EE UU con la desobediencia civil y mucho 'Boogaloo'", rezaba un mensaje de una cuenta en Twitter con 50.000 seguidores. 'Boogaloo' es un término utilizado por muchos extremistas para referirse a la insurrección armada.