Por fin parece zanjada la polémica en torno a la celebración del ‘botellón ’ y el ruido y a suciedad que le acompaña. A principios de esta semana el ayuntamiento anunció que esta práctica se traslada a la explanada de la piscina municipal, que se sitúa a dos kilómetros del casco urbano, y que en otras ocasiones se habilitó para la celebración de diversos actos similares. Aunque aún quedan bastantes acciones por coordinar desde el consistorio se señala que se habilitará una línea de autobuses entre el citado recinto y Navalmoral para que los jóvenes no tengan que coger sus automóviles. También se han instalado contenedores y bancos.QUEJAS DE VECINOSSin embargo, el fin de semana del 5 y 6deeste mes se volvían a repetir situaciones similares:vecinos de la calle Marqués de Salamanca y propietarios de viviendas situadas junto a a Nacional V volvían a mostrar su malestar tras comprobar que el ‘botellón ’ se llevaba a cabo un fin de semana mas en e lugar habitual, tras quince días de la entrada en vigor de la conocida como ‘ley antibotellón ’.Desde el colectivo de vecinos afectados se señala que si bien el viernes no hubo concentración de jóvenes en el citado lugar -que está a escasos metros de as viviendas y junto a a antigua Nacional V-ya el sábado se celebró como cualquier otro día.Según afirmaba un indignado vecino,los adolescentes comenzaron a llegar hacia las 23.30 horas, acumulándose una veintena de vehículos que hacían sonar el claxon y subían el volumen de la música. Los afectados insisten en que no es lugar legal para llevar a cabo esta práctica y que tampoco está habilitado: “Tan solo hay tres contenedores para más de 500 jóvenes, que ni siquiera los usa ”, señalaba otro vecino que prefiere ocultar su identidad ante posibles represalias de los asiduos al ‘botellón ’, preguntándose la razón que lleva a las fuerzas de seguridad a no actuar.FALTA LA ORDEN MUNICIPALFuentes de la Policía Local morala señalaron a LA CRÓNICA que el ayuntamiento aún no les ha remitido la orden que les habilita para multar esta práctica penada por la ley -si se realiza donde hasta ahora se venía haciendo-, y que por lo tanto sus efectivos se limitan a seguir informando a los jóvenes de las consecuencias que acarrea el incumplimiento de la citada ley.