Los maleantes siguen eligiendo la zona para realizar distintos atentados contra el patrimonio. Este fin de semana, concretamente en la noche del jueves al viernes, la población sufrió la visita de varios ladrones de coches que según fuentes policiales intentaron sustraer casi una decena de automóviles.Tras la denuncia de los propietarios a los cuerpos de seguridad del robo de alguno de los vehículos, los agentes de la Policía Local de la localidad patrullaron con intensidad las calles moralas, llegando incluso a iniciar una persecución tras localizar uno de los automóviles que había sido robado.DETENCIÓNEl seguimiento se prolongó hasta la autovía, donde el conductor se dio a la fuga en dirección a Madrid. Otro de los implicados, J.A.R.F., fue detenido en el cruce de Plasencia mientras intentaba despistar a las fuerzas de Seguridad.Durante esa misma noche se produjo otro robo en Rosalejo en el interior de las instalaciones de Tabacoex y otro en pleno casco urbano mientras que la policía encontraba algunos de los coches denunciados que habían sido abandonados.Los hechos acaecidos en la madrugada del jueves está dejando de tratarse de casos aislados. En los últimos meses los amigos de lo ajeno han entrado en todo tipo de establecimientos arrasando con los artículos de valor que encontraban a su paso.Hace un mes en una céntrica tienda de fotografía se llevaron casi un centenar de cámaras y diverso material fotográfico.En una perfumería situada en la calle Gabriel y Galán los ladrones se marcharon con mercancía valorada en 24.000 euros. Y la más reciente fechoría hasta el momento es la que se llevó a cabo en un establecimiento especializado en informática.BUTRÓNEn esta ocasión la técnica elegida para sustraer material informático por valor de 12.000 euros fue la de acceder al establecimiento situado en la avenida de Magisterio a través de una nave contigua desde la que abrieron un boquete por el que se introdujeron a un despacho de la tienda. De esta manera, con la técnica conocida como butrón se apoderaron de varios ordenadores y material que se encontraba en la parte posterior, que carecía de alarma, sin tocar la mercancía protegida por el sistema de seguridad.