Me hubiese gustado que pudiesen haber leído el artículo de opinión que envié la pasada semana, pero alguien, ajeno a la redacción local de La Crónica de Navalmoral lo estimó inadecuado en el tiempo, es decir, inoportuno con respecto 'a la situación política local' y decidió posponerlo y a pesar de que se me aseguró que se publicaría esta semana, parece ser que no va a ser así al menos en este semanal (dicen que van a publicarlo en el Periódico Extremadura) ¡cuánto honor!. Bromas aparte y a pesar de la broma de mal gusto que se le ha jugado a este modesto opinador, repito, no por parte del equipo de personas que integran la redacción local del semanario, de las que sólo puedo congratularme por su profesionalidad e imparcialidad, sino de más allá, lo que venía a decir en dicha columna no era otra cosa que lo que, algo distinto, voy a escribir en ésta. Esperemos que lo publiquen. Por si eso es así, decía yo que reconociendo determinadas discrepancias en el seno de la dirección de la Agrupación Socialista Morala en torno a la decisión de presentar al Consejero de Vivienda, Javier Corominas, como candidato oficial del Comité Local del PSOE a la asamblea de afiliados, que ya se habrá celebrado cuando salga esta publicación y espero y confío haya aprobado sin fisuras, la lista encabezada por dicho compañero como candidatura oficial del PSOE en Navalmoral, no se puede hablar (si se hace con un mínimo de rigor) de crisis alguna en la Agrupación Socialista. Una cosa son las discrepancias en torno a la adopción de acuerdos, sean o no éstos del calado del que se ha adoptado y otra muy distinta es deducir de esas discrepancias que exista ninguna crisis. Máxime cuando estamos hablando de un partido más que centenario que aunque no necesita demostrar su funcionamiento democrático interno, a nadie se le escapa tampoco su férrea disciplina de acción una vez adoptados los acuerdos, en virtud de la cual ha sido posible ganar elecciones y precisamente por la misma se ha mantenido tantos años y se seguirá manteniendo como partido político sin ningún riesgo de desaparecer. Lo contrario, no sería un partido político, sino una asociación con un funcionamiento anarquista. En esto además, nada nos diferencia al PSOE del Partido Popular, que, por otra parte, al ser bastante más joven en cuanto a su historia, podríamos decir que ha copiado en mayor o menor medida, las pautas de funcionamiento orgánico del PSOE. Y es que, si lo que queremos es que cumplan con su función política de representación de sus votantes y también de sus afiliados, no pueden ser de otra manera. Los partidos o están organizados o corren el riesgo de desaparecer y no poder llevar a la práctica su proyecto colectivo para la sociedad que intentan mejorar. Sobre la base de estas premisas, a nadie le tiene que extrañar que transcurridos los momentos de discusión sobre quién es tal o cual representante del partido frente a unas elecciones locales, autonómicas, nacionales o incluso supranacionales, las organizaciones políticas cerremos filas junto al elegido por la propia organización, para intentar construir un futuro mejor. Y eso es exactamente lo que va a hacer la Agrupación Socialista Morala: cerrar filas entorno al compañero que salga elegido como candidato a las próximas elecciones, con el fin de ganar las mismas. ¿Acaso parece raro?. Los ciudadanos debemos darnos cuenta de otra cosa muy importante, a la que ya ha aludido muy acertadamente el candidato del PP en una entrevista que le realizaron en la televisión local y es que, independientemente de quienes sean las personas encargadas de representar a los partidos, incluso a nivel local, lo que de verdad hay que valorar son los proyectos colectivos de dichos partidos y cómo pretenden mejorar nuestro municipio. Y a pesar de que siempre es inevitable que algunas personas voten atendiendo a su simpatía hacia el que representa cada proyecto, lo más lógico y sensato sería votar en base a la confianza que nos merezca cada proyecto.