Una buena tormenta para finalizar este mes primaveral, no robó la luz ni la magia al grupo de música mediterránea Gaída, que deleitó a un variado público en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Navalmoral con acordes traídos de otros países, de otras culturas, de tiempos pasados, recuperados, mimados y lanzados de nuevo al aire en una mezcla arriesgada y al mismo tiempo hermosa. Palabras de poetas regadas con los sonidos de raros y complejos instrumentos, palabras nacidas de su afán de crear y encontrar, de componer nuevos temas que acompañen la voz de Ana Jiménez, que es música por sí sola, y siendo la voz, como ellos mismos dijeron a los asistentes "el instrumento más antiguo ". Música que llega a los sentidos, los despierta y transporta a otros lugares y épocas, que rompió la monotonía de una lluviosa noche de sábado. Un espontáneo broche final levantó a los presentes de sus asientos e hizo sumarse las palmas al aplauso agradecido, pues siempre es de alabar que durante una hora y media este quinteto nos hiciese viajar, disfrutar, mover pies y manos al compás de sus originales creaciones. Me reciben al finalizar la actuación, una vez dejados en el escenario los nervios inevitables de enfrentarse a un auditorio que va a juzgar su obra. Sonríen satisfechos, pues para ellos no hay mayor recompensa que saber que su esfuerzo ha dado fruto y ha sido del agrado de tantos; no sólo el realizado durante la puesta en escena, sino ese mucho más elaborado que conlleva un dia a dia de ensayos, la trastienda que hay detrás de cada composición antes de convertirse en el resultado que buscan como equipo. Están contentos del sonido conseguido en la sala porque, declaran, "es difícil ecualizar tantos instrumentos diferentes ", y entre intermitentes apagones --la corriente eléctrica ha querido colaborar con ellos, pues ha esperado respetuosa a que terminasen para caprichosamente ir y venir-- me hablan de sus comienzos, su trayectoria y planes futuros. UN FUTURO PROMETEDORA sus espaldas hay mucha experiencia y colaboración en proyectos musicales. Todos son intérpretes y compositores procedentes de diversos lugares y diferentes grupos que hace tan solo dos años y medio el destino ha querido unir en Gaída.Se declaran "exploradores del cruce de culturas que se produce en la Península Ibérica, de esa mezcla de lo oriental y occidental que se refleja en las melodías de tradición oral y antigua, en ritmos mediterráneos ". Saben que lo que hacen no es para llegar "a un público masivo ", y se sorprenden gratamente al ver como gente de todas las edades encuentra un significado en su música "a unos les encanta lo étnico, a otros lo antiguo, oír sonidos tan poco comunes, la simbiosis de instrumentos raramente vistos con otros conocidos que al juntarse ofrecen un curioso, melódico y original resultado ". Poemas del Arcipreste de Hita o del portugués Pessoa, entre otros y sucesos ocurridos recientemente como el desastre del Prestige son fuentes de inspiración para las letras. Con un primer disco a sus espaldas y otro en proyecto, composiciones para documentales, colaboraciones basadas en sus amplios conocimientos --en muchos de ellos autodidactas-- sobre folclore y música antigua española, engrosan un amplio curriculo que avala su calidad y valía en lo que hacen y se proponen y augura un brillante futuro para Gaída.