Con el objetivo de seguir aunando esfuerzos, y en el convencimiento de recuperar los lazos del pasado, se celebró el pasado sábado, día 28 de junio, las II Jornadas de Pueblos Ribereños del Tajo, una iniciativa promovida por quince municipios de la provincia de Cáceres y Toledo, que tuvo como escenario, en esta segunda edición, la localidad toledana de Puente del Arzobispo. Exposiciones, degustación de productos típicos y actuaciones musicales son algunas de las actividades que integraron el programa de actos de este encuentro en el que participaron los siguientes municipios: Berrocalejo, Bohonal de Ibor, Carrascalejo, El Gordo, Peraleda de la Mata, Valdehúncar, Valdelacasa de Tajo, Villar del Pedroso, todos ellos de la provincia de Cáceres, y Valdeverdeja, Azután, Torrico, Alcolea de Tajo, y Puente del Arzopisbo, como municipio anfitrión, por la provincia de Toledo. Las actividades se iniciaban con la presentación de los municipios participantes por el alcalde de Puente del Arzopisbo, José Luis de las Heras Robledo, encargado, además, junto al alcalde de Valdelacasa de Tajo, Rafael Jarillo, de pronunciar el pregón de apertura. De esta manera, quedaban representadas las dos provincias en este encuentro de hermandad. Los dos ediles coincidieron en señalar los lazos de los municipios participantes, su pasado compartido, y se refirieron al río Tajo, como elemento unificador de estas dos provincias. INTENSO CALORSeguidamente, y bajo un sol de justicia que mermó la participación y asistencia, especialmente durante la tarde, se inició el recorrido por los stands de las distintas autoridades. En ellos, se podía contemplar una rica y variada muestra de bordados, piezas artesanales, fotografías, maquetas de edificios emblemáticos de los pueblos, exhibiciones de trajes regionales, etcétera.Algunos vecinos de pueblos participantes llegaron ataviados con estas ropas, elemento que proporcionó colorido a estas II Jornadas de Pueblos Ribereños del Tajo. Precisamente, la nota musical en la bienvenida a este encuentro la proporcionaba el grupo de Jotas del Puente del Arzopisbo, pasadas las doce de la mañana y sobre el escenario levantado para la ocasión en la plaza de la localidad toledana, que acogió esta iniciativa. NUMEROSAS DEGUSTACIONESEn la oferta lúdica de estas II Jornadas de Pueblos Ribereños del Tajo, se encontraba también la degustación de productos típicos de cada uno de los municipios participantes. Cada pueblo obsequiaba a los asistentes lo mejor y más representantivo de su gastronomía.Así, los vecinos de Carrascalejo invitaban gazpacho, embutidos y dulces típicos, en el stand de Valdeverdeja se repartían migas del pastor y Villar del Pedroso, El Gordo y Valdelacasa de Tajo ofrecían una fresca sangría para aliviar las altas temperaturas de la jornada. Por su parte, los vecinos de Puente del Arzobispo repartían agua de limón. Las degustaciones continuaron a partir de las cuatro de la tarde en el stand de Peraleda de la Mata dónde se pudo degustar una exquisita limonada. A la par, los vecinos de Valdehúncar ofrecieron una variada selección de productos típicos, perrunillas, mantecados y magdalenas. También por la tarde, Torrico obsequió a los asistentes con una degustación de dulces típicos. Bohonal y Berrocalejo contribuyeron también ofreciendo dulces típicos y gazpacho a los vecinos que, después de darse un baño en la Piscina, se acercaron a recorrer los distintos stand. El municipio de Alcolea de Tajo cerraba el capítulo de degustaciones con el sabor de los embutidos de la tierra y aceite de la localidad.ACTUACIONES VESPERTINASLa recta final de este encuentro de hermandad entre las provincias de Cáceres y Toledo se ocupó con diversas actuaciones. Abrió el telón una actuación infantil de títeres patrocinada por el Ayuntamiento de Valdelacasa de Tajo. Seguidamente actuó el grupo folclórico Las Gordeñas de la Villa de El Gordo, que exhibieron bailes y trajes típicos del municipio cacereño, que presumiblemente acogerá las III Jornadas de Pueblos Ribereños del Tajo.El final de fiesta corrió a cargo del grupo de teatro Campo del Arañuelo de Puente del Arzopisbo, que puso en escena diversos entremeses. De esta manera, concluía este encuentro de hermandad entre las provincias de Cáceres y Toledo, en torno al río Tajo, y unidos por un pasado que conoce y silencia el río más largo de la Península, cuyo cauce es testigo de mucha historia.