Dicen los que lo recuerdan, que antes de que llegaran las aguas, fueron aquellos unos años de enfermedades y largas sequías, en unas tierras aparentemente infectas, como lo demuestra que aquí se construyera en el año 1925 el Instituto Nacional Antipalúdico.

En la memoria de muchas moralas todavía se reviven aquellas mañanas, en verano, atravesar las estrechas y empedradas calles cargadas con grandes cántaros de agua que traían de las fuentes; o en invierno rompiendo los carámbanos para lavar la ropa. Algunos vecinos se suministraban de los pozos abiertos en los patios de las casas.

Había terminado la guerra y los moralos se organizaban para activar la vida económica de la población. Era el año 1942 y los regidores reconocen su primordial objetivo: traer las aguas a la población. En 1943 se decide oficialmente la urgente necesidad de abastecer las aguas y en 1944 se inician las obras de captación en la zona conocida como la 'Retuerta'. Todavía evocan los más ancianos, que los obreros que realizaban las obras tuvieron que abandonar las herramientas y salir corriendo cuando pincharon en una de las bolsas de agua y ésta comenzó a salir a borbotones. Este primer pozo tendría un flujo de 1.000 metros cúbicos por día. Se hondarían otros dos pozos que abastecerían 1.500 metros cúbicoso por día. Agua elevada hasta unos depósitos unidos con capacidad para abastecer a toda Navalmoral, incluso suministrar tan precioso elemento durante cinco días en caso de avería, como así ocurrió durante años. En 1949 se inauguraría oficialmente el abastecimiento de aguas.

PRIMER SERVICIO DE LIMPIEZA

Con la llegada del agua comienzan a producirse significativos cambios en el aspecto urbano, con la higienización de la ciudad, de los edificios y calles que la forman. En 1955 se crea el primer Servicio de Limpieza. El historiador Víctor G. Salmador decía al respecto, no sin cierta retórica,: "Y alegran la vista, contentan el olfato y hacen florecer, al tiempo que sus flores, sonrisas de orgullo, sus parques y jardines".

Y trascendentales serían las modificaciones urbanísticas que se desarrollarían a lo largo de los años cincuenta. Se construiría el mercado de abastos, con sus cámaras frigoríficas y sus sesenta y dos puestos, lecherías... con ánimo de abastecer a una población de quince mil personas. Se levantaría el campo de deportes, en dos hectáreas de terreno, adquiridas por suscripción popular, con piscina olímpica. Este agua surtió al Hospital Municipal con doce camas y al Centro de Alimentación Infantil ubicado en el edificio denominado 'la Gota', dedicado al cuidado de los niños pobres. Gracias a esas aguas pudo funcionar el Instituto Nacional Antipalúdico, donde se celebraban cursillos para la especialización de médicos. En el año 1951, sobre terrenos cedidos por el ayuntamiento, se construye un Ambulatorio del Seguro de Enfermedad con carácter comarcal. Tienen gran éxito los mercados quincenales de ganado que se celebraban los días 10 y 27 de cada mes, a donde acudían cerca de 3.000 cabezas de ganado. Hay quien asegura que en aquellos años no hubo paro en Navalmoral. Es en esta época cuando se inicia la urbanización de 50 calles y plazas.

En 1936 la población era de 5.000 habitantes, en los cincuenta ya contaba con 8.000 habitantes. En aquellos años fue premonitorio el Dr. Corchón al decir que Navalmoral estaba llamado a ser en un futuro próximo centro de máxima riqueza porque "sus campos iban a ser regados por el canal de la Ventosilla, derivado de los pantanos de Entrepeñas y Buendía, y por el de la zona izquierda del Pantano Rosarito"