El candil, la rondilla de Castilblanco, la Virgen de Guadalupe... en definitiva, las jotas de Cáceres y de Badajoz son conocidas en Zrenjanin, en Serbia-Montenegro, gracias a la participación del grupo de coros y danzas El Encinar, que ha regresado recientemente del festival Lala 2005, en el este de Europa. Los 20 moralos representantes del folclore popular exhibieron los bailes y cantares de la tierra junto con los representantes de Grecia, Italia, Eslovaquia, Rumanía y Serbia, aunque fallaron Polonia y Hungría.Angelines Sánchez, una de las componentes de El Encinar, comentó orgullosa lo bien que fueron recibidos, y el calor que recibieron de los lugareños, además del entusiasmo que mostró el público con sus actuaciones. El grupo bailó durante los cuatro días del festival por varios lugares, y cada jornada coincidía con un país diferente. Los moralos prolongaron su estancia dos días más en Serbia, alargando por consiguiente sus actuaciones, una de ellas localizada en un balneario donde residían personas enfermas. Angelines rememora con cariño y gran satisfacción aquélla visita a los enfermos, algo que resultó "muy gratificante".Los serbios disfrutaron de la vistosidad de los trajes de la mujer morala, de Montehermoso, de Valverde de Leganés y de Villanueva de la Serena, las cuatro indumentarias desplazadas hasta el festival. También fue traslada hasta la Europa del este una pequeña imagen de la Virgen de Guadalupe, que acompaña en todos los viajes a El Encinar.A modo de curiosidad, dos españolas obsequiaron a los moralos con tortillas de patatas, algo que se agradeció porque "allí la comida es escasa, dice Sánchez, pero estas experiencias "ayudan a comprender lo afortunado que eres por lo que tienes en España".