Cuando se van a cumplir dos años desde que se publicó la cesión de terrenos de propiedad municipal a la agencia estatal de administración tributaria con el objeto de transladar las oficinas que ésta tiene en Navalmoral, se sigue a la espera de que se acometa la construcción del nuevo edificio. Con fecha del 8 de noviembre del 2002 se publicó en el boletín oficial que las nuevas dependencias se situarán en un solar con una superficie de 1.666 metros cuadrados, con entrada por la avenida de las Angustias.El valor del terreno ascendió a 156.483,46 euros, según el precio fijado para usos de interés social. SIN NOVEDADTras esta información oficial, algunos funcionarios han señalado a este medio que en este tiempo no se ha conocido "nada más" sobre el traslado.Así señalan que "hace algún tiempo, una arquitecta realizó distintas mediciones sobre el terreno", pero después de la visita del técnico, el asunto se encuentra paralizado.Las actuales dependencias se encuentran en el municipio, situadas en la calle Urbano Sánchez Serrano, junto a la ermita de las Angustias, desde 1985. UNA DESPEDIDALas instalaciones de la agencia tributaria en Navalmoral han sido denominadas -en tono cariñoso- por el moralo Luis Vicente Hidalgo álvarez, funcionario de la delegación de Hacienda en Navalmoral, en su libro ...que venía a desgravar un choto. Crónicas de una administración tributaria. La casa de los horrores. Un nombre que Hidalgo le pone en su libro a la decoración de estas viejas dependencias, antes administración de Hacienda, hoy agencia tributaria, que combinan láminas enmarcadas de pintores famosos con los carteles de la información destinada al contribuyente. En esta obra en la que se narra un compendio de anécdotas y vivencias de la delegación de Hacienda en Navalmoral se recoge además la descripción del edificio tal y como se encuentra en la actualidad, con el objeto de ser recordado cuando desaparezca. De hecho, en esta obra publicada en diciembre del 2003, aparecen fotografias que tal y como señala el autor "servirán de recuerdo para siempre".EN SUS CUATRO PAREDESEn la citada obra, su autor termina con un "epitafio" y señala " la tristeza, añoranza y decrepitud con la que se viven en los últimos momentos algo bueno (y los recuerdos de esta administración lo son, en su mayoría) me incitan a dejar en este punto las historias recogidas "en sus cuatro paredes".